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Publicado en 11/04/2016

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Opinión: Insanidad básica

05/08/2014 - 10h17

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EDUARDO GIANNETTI
ESPECIAL PARA FOLHA

"Oh Naturaleza, ¿por qué desperdiciar tus dádivas con tales hombres?", indagó Childe Harold, el alter-ego del joven Byron cuando visitó Portugal en 1812.

Una perplejidad análoga expresa Joaquín Bonifácio en el año de nuestra Independencia al afirmar que "la naturaleza hizo todo a nuestro favor, nosotros en cambio hemos hecho poco o nada a favor de la naturaleza".

El tiempo no desmintió la alerta del Patriarca. ¿Hay mejor testimonio al respecto que el estado de las aguas del rio Tietê o de la Bahía de Guanabara?

A pesar de contar con la mayor reserva de agua dulce del planeta, Brasil vive una grave crisis de abastecimiento. São Paulo no es un caso aislado.

Un tercio de los domicilios brasileños relata haber sufrido cortes en el suministro de agua en los últimos 30 días, según la información reciente de Datafolha.

El "Atlas de Abastecimiento Urbano de Agua" de 2011 informa que el 55% de nuestros municipios -73% de la demanda total- están en riesgo de sufrir falta de agua en la próxima década.

Sin embargo, la crisis del abastecimiento es solo la cara más visible de la ineficiencia en la gestión de nuestros recursos hídricos.

La raíz del problema reside en el descompás entre el aumento de nuestro consumo de agua per cápita -hoy, uno de los mayores del mundo- y la total falta de atención al tratamiento inadecuado y uso ineficiente de este recurso.

El programa de universalización de acceso a la red general de abastecimiento -95% de la población urbana dispone de agua canalizada- no fue correspondido con un esfuerzo equivalente en materia de recolecta, tratamiento y reutilización de los residuos generados.

Hemos llegado al siglo XXI con nada menos que 85% de residuos residenciales urbanos - 145 millones de habitantes- vertido diariamente "in natura" en nuestros ríos, riachuelos, lagos y otros espacios públicos (45% de los niños brasileños con menos de 14 años viven en domicilios sin recolección de residuos).

Vertidos ilegales y derroche completan el cuadro. Un estudio de la Fundación Getulio Vargas de São Paulo estima que las industrias del Gran São Paulo vierten ilegalmente diez millones de litros de residuos líquidos por hora, al mismo tiempo que el índice de pérdidas tanto físicas (por escapes) como comerciales (por abastecimiento no oficial) en el abastecimiento de agua llega al 37% de la media brasileña.

Resultado: el reaprovechamiento del agua usada en las casas y fábricas es ínfimo, los ríos y lagos de las regiones urbanas que podrían ser fuentes de abastecimiento se convirtieron en disolventes de residuos a cielo abierto, sin mencionar el impacto sobre la salud, educación y trabajo.

El derroche de agua tratada es excesivo.

El modelo basado en la preocupación casi exclusiva con el abastecimiento de agua oriunda de grandes represas y fuentes cada vez más caras y distantes -sin el menor cuidado con el tratamiento de los residuos, reutilización y conservación- acaba por minar la viabilidad del propio sistema de aprovisionamiento.

Insostenibilidad es el nombre que le corresponde.

Traducido por LUNA GÁMEZ

Moacyr Lopes Junior/Folhapress
Sequía en la presa de Cantareira, en Sao Paulo; el sistema está pasando por una crisis de escasez de agua
Sequía en la presa de Cantareira, en Sao Paulo; el sistema está pasando por una crisis de escasez de agua

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