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Un consejero de Marina Silva quiere a los ex presidentes Lula y Cardoso como aliados

25/08/2014 - 15h05

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MARIANA CARNEIRO
DE SÃO PAULO

En la mañana del viernes (22), el economista Eduardo Giannetti da Fonseca estaba contento con el resultado de la investigación hecha por el PSB e instituciones del mercado financiero que sugirieron el crecimiento de las preferencias por la candidata del partido a la presidencia, la ex senadora Marina Silva.

Las encuestas indican que la candidata, a quien el economista conoció en la campaña de 2010, se afirmó en un segundo lugar en la disputa presidencial de este año y tiene condiciones de derrotar a Dilma Rousseff (PT) en una segunda vuelta.

La posibilidad de una victoria tiende a alimentar las especulaciones sobre la función reservada para Giannetti, que se define como una persona "sin ambiciones políticas", en un futuro gobierno. Él dice que no tiene interés de ser el próximo ministro de Hacienda.

"Soy un colaborador, un consejero, pero no una persona de perfil ejecutivo", dice. En una entrevista con Folha, afirma que, en caso de ser elegida, Marina buscará personas del PT y del PSDB para formar su equipo de gobierno y garantizar el apoyo de sus proyectos en el Congreso.

Para Giannetti, hasta los ex presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Fernando Henrique Cardoso podrían colaborar. "Si [José] Sarney, Renan [Calheiros] y [Fernando] Collor [de Mello] van a la oposición, ¿con quién se gobierna y con quién se negocia? Con Lula y con FHC".

Él afirma que intentaría llevar a la cocina del gobierno a miembros de siglas rivales. "El PSDB es un partido de muchos técnicos y poco liderazgo", afirmó.

"El PT también tiene técnicos de excelente calidad, que trabajaron en el primer mandato de Lula y que nos encantaría que formaran parte del equipo. Nuestra idea es gobernar con los mejores en la política y en la gestión de políticas públicas".

¿Cuáles son los cambios en la economía que Marina va a presentar en la campaña?

El gobierno de Dilma se metió en varios líos que vamos a tener que insistir en algo que tendría que estar superado: reestablecer el trípode macroeconómico [cambio flotante, meta de inflación y disciplina fiscal]. Brasil había construido un acuerdo en torno a esos principios. [El trípode] fue establecido en el segundo mandato de Cardoso y no sólo fue confirmado, sino que reforzado por Lula en su primer gobierno.

Ahora tenemos inflación alta, controlada artificialmente, y el cambio sobrevaluado, que es un camino malo y que perjudica a nuestra industria. Además, tenemos déficit en cuenta corriente [en los intercambios con el exterior], de 3,2% del PBI, lo que nos coloca otra vez en la vulnerabilidad externa del primer mandato de FHC.

Y todo esto con el crecimiento más bajo de la era republicana, exceptuando [los gobiernos de] Floriano Peixoto y Collor. Es un cuadro malo. No es que estamos al borde del precipicio pero no da un horizonte alentador para la sociedad brasileña.

¿Cómo se encaja ahí la independencia del Banco Central?

Uno de los elementos del trípode es la autonomía del BC. Existen serias dudas de que esté valiendo dentro del gobierno de Dilma. Mientras prevalecía la autonomía, había un acuerdo tácito de que el Ejecutivo no interferiría en las decisiones del BC buscando el cumplimiento del centro de la meta [de inflación].

Esa autonomía puede ser reforzada cuando se formaliza la independencia del BC. O sea, presidentes y directores tienen mandatos fijos y no están sujetos a las órdenes del presidente. Pero es necesario pensar con cuidado el diseño institucional de este modelo.

¿Será necesaria una nueva Carta al Pueblo Brasileño, como la que Lula presentó en la campaña de 2002 para vencer la desconfianza de los inversores?

No creo. No hay temor con relación a Marina como había con el PT. Ahora, cualquier refuerzo de credibilidad y de confianza es bienvenido.

¿Qué hay que hacer con los que la consideran una persona inflexible?

No existe democracia sin negociación. La cuestión son los límites. El proyecto de Marina se diferencia mucho del de Dilma y Aécio [Neves, candidato a la presidencia por el PSDB]. Ella quiere construir una nueva gobernabilidad, que no está basada en el hecho de ofrecer pedazos del gobierno a cambio de apoyo en el Congreso. Eduardo Campos había dicho, y Marina está alineada con eso, que en su gobierno Sarney, Renan y Collor serían oposición. ¿Y con quién se gobierna y negocia? Con Lula y con Cardoso. Tenemos mucho interés de tenerlos como aliados de proyectos de interés para el país.

Cardoso tiene un compromiso con la estabilidad económica, y nosotros también. Lula tiene un compromiso con la inclusión social, y nosotros también lo tenemos. Vamos a trabajar juntos, lo veo posible. Si la democracia brasileña tiene razón de ser es para que algo así pueda suceder.

¿Es preciso reducir o reformular los programas sociales?

Son intocables. El gasto aumentó porque el gobierno dio exenciones de impuestos. El gobierno de Dilma dio algo así como 112.000 millones de dólares en exenciones tributarias para determinados sectores. El incentivo del BNDES para un grupo selecto de empresas es más grande que el gasto con el programa Bolsa Familia.

El PSB propone reducir la meta de inflación a un 4% para 2016 y 3% en 2019. El gobierno dice que eso generaría desempleo.

No hay relación negativa entre estabilidad y desempleo. La meta de inflación es como una guerra de trincheras. Si uno se queda con dudas de aplicar las medidas para mantener la inflación en 4,5% y acepta flexibilizarla a un 6,5% la guerra sigue igual, la única cosa que sucede es que uno salió de 4,5% a 6,5%.
Lo que se necesita es credibilidad y hacer que las expectativas converjan hacia donde uno quiere, y 3% es mejor que 4%.

¿Podría haber despidos?

El costo de no hacer es más grande que el de hacer. La generación de empleos paró y la industria está echando trabajadores.

¿Cuál es el costo de hacer?

Es aceptar que las tarifas públicas quedaron desfasadas, lo que causa distorsiones en otros sectores de la economía, y que los gastos públicos tendrán que ser mejor controlados.

Los economistas dicen que será necesario o reducir gastos o aumentar impuestos.

Aumentar impuestos es impensable.

¿Eso significa reducir los gastos?

Significa ser muy criterioso con los gastos y entender de dónde vienen creciendo. La regla de oro es que los gastos corrientes no pueden crecer más de lo que lo hace el PBI. Significa rever exenciones tributarias. El gobierno incidió discrecionalmente en impuestos por presiones de parte de sectores empresariales para obtener beneficios, no sólo de impuestos como el IPI, sino también en las tarifas de importación.

Con la economía retomando el crecimiento y con los gastos públicos creciendo menos que el PBI, con el tiempo, vamos a poder corregir eso. No habrá un choque abrupto, sino un camino de corrección.

Traducido por NATALIA FABENI

Lea el artículo original

Jorge Araujo/Folhapress
El economista Eduardo Giannetti dijo que si Marina Silva resulta elegida presidenta va a convocar a personas del PT y PSDB
El economista Eduardo Giannetti dijo que si Marina Silva resulta elegida presidenta va a convocar a personas del PT y PSDB

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