Especial multimedia: A pesar de la riqueza, Brasil no está preparado para lidiar con el desabastecimiento de agua

15/09/2014 - 14h39

Con un 12% a 16% del agua dulce disponible en la Tierra, Brasil es un país rico en ese insumo que la naturaleza ofrece gratis a la población y a la economía, sin la menor duda.

Especial multimedia: El futuro de los recursos hídricos en Brasil

Cada habitante puede contar con más de 43.000 metros cúbicos por año provenientes de los manantiales. Pero solamente el 0,7% de ese total termina siendo utilizado.

Naciones como Argelia y regiones como la de Palestina, en contraste, usan casi la mitad de los recursos hídricos disponibles. Arabia Saudita y los Emiratos Árabes precisan obtenerlos por medio de la desalinización del agua del mar.

Pero solamente en apariencia la situación del país parece ser cómoda. El primer problema recae en que el líquido es más abundante en donde la población es escasa y en las selvas, mas preservadas, como en Amazonas.

En el litoral, así como en las regiones Sudeste y Nordeste (70% de la población), hay varios centros urbanos que ya enfrentan dificultades de abastecimiento -agravadas por las sequías como la que padece São Paulo este año, y del semiárido nordestino, en 2012 y 2013.

Con las crecientes emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero por la quema de combustibles o por otras actividades, la atmósfera terrestre retiene más calor del Sol cerca de la superficie y aumenta la temperatura de las masas de aire que están por encima de ella.

La energía contenida en la atmósfera es lo que alimenta los vientos y las tempestades. Con la radiación adicional, los padrones de circulación se alteran y en algunas regiones podrán sufrir estiajes más frecuentes y graves, mientras otras van a quedar sujetas a inundaciones, que podrán volverse más intensas, durante episodios de precipitación fuera de lo normal.

Todo esto, claro, si las simulaciones del clima en el futuro fueran correctas.

MÁS CALOR, MENOS LLUVIA

El Panel Brasileño de Cambios Climáticos (PBMC por su sigla en portugués), comité formado por algunos de los más importantes especialistas del país en climatología, realizó proyecciones sobre las alteraciones probables en las diferentes regiones.

Las más confiables, que no van a ocurrir hasta final de siglo, valen para la Amazonia (aumento de temperatura de 5°C a 6°C y caída de 40% a 45% en la precipitación, con 10% de reducción de las lluvias ya en los próximos cinco años), para el semiárido, en el Nordeste (respectivamente 3,5°C a 4,5°C y -40% a -50%), y para los pampas, en el Sur (2,5°C a 3°C de calentamiento y 35% a 40% de aumento de lluvias).

Para las otras regiones, la confiabilidad fue considerada baja. Para la mata atlántica del Sudeste, la previsión del PBMC es de un aumento del 25% a 30% en las precipitaciones y de 2,5°C a 3°C en la temperatura.

Dicho de otra forma, no es posible afirmar con certeza que las recientes sequías en el Sudeste y en el Nordeste -o las terribles inundaciones de 2014 en Rondonia- tengan relación directa con el cambio global o regional del clima. Tampoco se puede decir que no tengan relación.

Por otro lado, es cierto que esos flagelos, así como el costo multimillonario que acarrean para la sociedad, constituyen una buena muestra de lo que se debe esperar en las próximas décadas en caso de que el calentamiento global se agrave.

Traducido por NATALIA FABENI

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	Lalo de Almeida/Folhapress
	Brasil debe comenzar a enfrentar las amenazas del clima, en este caso, de la sequía