Diplomáticos critican "anomalías" en la Cancillería brasileña

29/09/2014 - 15h30

Ascensiones apresuradas, recortes presupuestarios y pocas dilaciones por parte de la presidenta de la República en la política externa crispan el ambiente en el Ministerio de Relaciones Exteriores, provocando una insurgencia de los diplomáticos principiantes que reclaman por el estancamiento de sus carreras.

El más reciente capítulo de la conturbada relación entre el servicio de exteriores y el gobierno de Dilma Rousseff es una carta firmada por 342 secretarios de embajada de tercera clase -el primer nivel de la carrera diplomática- que fue entregada en agosto al gabinete del canciller Luiz Alberto Figueiredo.

Los miembros del "proletariado" diplomático, ingresados en la carrera entre 2009 y 2014, calculan que solo ascenderán de nivel en 15 años. La media histórica de promoción es de menos de siete años, según afirman. La carta critica "distorsiones" y "anomalías significativas del flujo de la carrera".

La razón central del conflicto es el problema resultante de la explosión de nuevos diplomáticos entre 2006 y 2010, cuando el gobierno de Lula aumentó de veinte a mas de cien el número de plazas anuales como parte de la estrategia de ampliar la presencia brasileña en el exterior. Actualmente, la oferta diplomática retomó la antigua cifra de 20 plazas anuales.

La conclusión es que hubiese hecho falta una reforma posterior al aumento de plazas ofertadas e Itamaraty no planificó la absorción de los nuevos funcionarios, situación que empeoró tras los recortes presupuestarios que se sucedieron desde 2011.

Los "insurgentes" reivindican la ampliación de una ley que ya fue aprobada en el Congreso para aumentar el número de cargos en niveles superiores. Si la ley no fuese regulada, mas de 300 diplomáticos correrían el riesgo de no tener ascensión en el funcionariado, lo que conlleva el sacrificio de las pretensiones profesionales de un cuarto de los trabajadores del Itamaraty.

"Mantener las circunstancias actuales podrá representar un prejuicio no solo para los secretarios de tercera clase, sino también para el ministerio como institución, ya que se vería privado de las contribuciones de toda una generación de profesionales que jamás encontrará posibilidades para asumir puestos de responsabilidad y mando", dice la carta.

Los novatos han hecho reuniones fuera del ministerio para decidir cómo actuar. Este no es un hecho trivial. Por ser una carrera pública, la disciplina siempre fue una característica del diplomático.

El objetivo del grupo es Dilma Rousseff, considerada responsable por la "chapuza" del Itamaraty. Según un diplomático, "el gobierno Dilma deshizo todo lo que la gestión de Lula (ex presidente) y Celso Amorim (ex canciller) hizo por el Itamaraty y por la política exterior".

Según autores de la carta, hasta ahora el actual canciller Figueiredo no respondió oficialmente a la reivindicación. De acuerdo con diplomáticos, él afirmó que los problemas hacen parte de la carrera y que los servidores deben "lidar con frustraciones en el plano personal".

Una fuente del Itamaraty afirmó que "el grupo de los 400" no tiene el "esprit de corps" (lealtad de grupo) necesario para la carrera. "Las personas tienen que vestir el uniforme, ser leales, no es igual que trabajar en cualquier empresa", afirma.

El ministro de Relaciones Exteriores dice que está "dedicado a la cuestión del flujo de la carrera de los diplomáticos para buscar soluciones" y niega que haya una gran rebaja presupuestaria en el Itamaraty.

Según él, la carta de reivindicaciones de los secretarios de tercera clase fue bien recibida ya que supuso una contribución de un grupo de diplomáticos. "Hice una consulta interna porque quiero hacer una modernización del Itamaraty y escuché a los funcionarios, recibí mas de mil sugerencias".

Traducción de LUNA GÁMEZ