Una esmeralda de 380 kilos, objeto de disputa entre Brasil y Estados Unidos

21/05/2015 - 13h32

Desde fondo de un pozo en Pindobaçu, en el interior del estado de Bahía, hasta la caja fuerte de una comisaría de Los Ángeles, en Estados Unidos.

Ese fue el trayecto que hizo la esmeralda Bahia, una piedra preciosa de 380 kilos que fue excavada en Brasil en 2001, y que se transformó en objeto de disputa entre Brasil y Estados Unidos, en un caso repleto de fraudes e intrigas.

La semana pasada, un juez de un tribunal de la ciudad californiana reabrió el caso para determinar quién es el dueño de la gigantesca joya.

Ocho personas ya intentaron presentar reclamos sobre la piedra preciosa, que está bajo la guarda de la policía de Los Ángeles desde 2008, cuando fue dada como robada y fue encontrada en un depósito en Las Vegas. Ahora, la disputa jurídica que data desde hace seis años, es entre pocas personas.

Brasil, por su parte, intenta poner las manos en la esmeralda desde 2011, cuando fue notificado el robo por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos.

El gobierno brasileño afirma que la extracción y exportación fueron hechas de forma fraudulenta y negocia en paralelo con el gobierno americano.

Una de las paradas que la piedra hizo en su trayecto por Estados Unidos habría sido en Nueva Orleans, en la época del huracán Katrina, en 2005, cuando fue rescatada por buzos después de haber permanecido dos semanas en el fondo del mar.

Nadie sabe exactamente cuál es su valor. Pero el máximo que ya se pagó por la esmeralda fue US$ 1,3 millones en 2008, por un ejecutivo de Idaho llamado Kit Morrison. Mitad del monto fue a parar a las manos de dos brasileños, Elson Ribeiro y Ruy Saraiva Filho, de acuerdo con el abogado de Morisson.

Morrison intentaba comprar diamantes de Larry Biegler y Jerry Ferrara, que prometieron la esmeralda como garantía, en caso de que las otras piedras preciosas no fueran entregadas. Biegler llamó a la policía cuando la esmeralda desapareció de la caja fuerte, después de que Ferrara lo traicionó y le entregó las llaves a Morrison.

Hoy, Morrison y Ferrara forman parte del grupo FM Holdings, que reclama la posesión de la joya.

Traducido por NATALIA FABENI

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