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Cada tres días, el gobierno brasileño recibe una denuncia por intolerancia religiosa
29/06/2015 - 16h07
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EMILIO SANT'ANNA
DE SÃO PAULO
Cada tres días, en promedio, la Secretaría de Derechos Humanos de la Presidencia de Brasil recibe una denuncia por intolerancia religiosa.
Entre 2011 y 2014, 504 quejas de este tipo fueron realizadas a través del Disque 100 -un canal donde se pueden denunciar violaciones a los derechos humanos-, que son luego transmitidas a la policía y al Ministerio Público.
El gobierno federal reconoce que los casos de intolerancia religiosa, en la práctica, tienden a ser más que los denunciados, y que escenas como la de la niña de 11 años que fue agredida con una pedrada en la cabeza la semana pasada al salir de una celebración candomblé en la zona norte de Río de Janeiro, están lejos de ser casos aislados.
En 2013, hubo 45 denuncias por intolerancia religiosa con violencia física (un 20% de los casos de todo el año). Hasta julio de 2014, otros 18 habían sido registrados (12%).
Fieles de religiones de origen africano (candomblé y umbanda) son los protagonistas más comunes de los relatos de intolerancia religiosa recibidos por el servicio que registra las denuncias.
Pero de la lista de agredidos no escapa ningún tipo de fe. Aunque en menor número, en la Secretaría hay registros de agresiones contra espiritistas, católicos, judíos, musulmanes y hasta rastafaris, de acuerdo con los datos obtenidos por Folha. Ni siquiera los ateos pudieron quedarse afuera de la lista.
Según la directora de la Defensoría Nacional de Derechos Humanos, Irina Bacci, el fenómeno no es nuevo, pero está siendo exacerbado.
"No se puede desvincular la intolerancia de todos los tipos de la intolerancia religiosa", dice. "Tal vez, por un discurso autoritario de determinados grupos de la sociedad brasileña, otros grupos sufren cada vez más, con exceso de crueldad".
Traducido por NATALIA FABENI
Erbs Jr./Frame/Folhapress | ||
Una protesta contra la intolerancia religiosa en Río de Janeiro |