Después de la tragedia ambiental de Mariana, la pesca en el río Doce podría tardar diez años en normalizarse

24/11/2015 - 15h28

El lodo tóxico que está fluyendo por el río Doce ni siquiera había alcanzado el estado de Espírito Santo la semana pasada, pero el pescador Ermínio Pimenta, de 58 años, ya estaba teniendo problemas para vender su pescado en la ciudad de Linhares, donde el río desemboca en el mar.

"Había restaurantes negándose a comprar mi producto. Decían: '¡Ah, su pescado está contaminado!'".

Pimenta es uno de los 66 profesionales registrados en la asociación de pescadores de Regencia, ciudad situada cerca de la desembocadura del río Doce con el mar capixaba.

La pesca en la desembocadura del río podría demorar diez años en volver a la normalidad, de acuerdo con las estimaciones de profesionales de la pesca y de los miembros de la asociación.

Frente al impacto económico en la comunidad, la asociación espera poder cobrar una indemnización de R$ 1800 (US$ 482) por mes de la minera Samarco, para cada uno de los afectados.

El valor, de acuerdo con el presidente de la entidad, Leónidas Carlos, de 58 años, toma en consideración una ganancia promedio, que puede llegar a los R$ 1000 (US$ 268) por semana en los buenos períodos de pesca.

Los pescadores tienen miedo de que, incluso después de que el río vuelva a la normalidad, persista el estigma "de los pescados contaminados". Eidimiar Soares dos Santos, de 32 años, admitió que va a necesitar de mucho tiempo antes de volver a alimentar a su hija Analu, de nueve meses, con pescado del río Doce.

"Cuando ella tenga alrededor de diez años creo que las cosas van a estar mejor por aquí", comentó.

Traducido por NATALIA FABENI

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