Análisis: El PT buscará refugiarse en Lula, mientras que Rousseff vivirá un exilio interno

13/05/2016 - 15h08

El comportamiento reciente del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y de la suspedida mandataria Dilma Rousseff ofrece pistas sobre el sentimiento que prevalece dentro del Partido de los Trabajadores (PT).

Mientras que Lula pasó sus últimos días "abatido", "preocupado" y a veces "deprimido", de acuerdo con la definición de personas próximas, Dilma paseaba en bicicleta como si no estuviera cerca el abismo.

Lula es el pasado y el futuro del PT. Rousseff es el presente, y nada más.Uno es el fundador, el padre, el responsable de la gloria del partido. Dilma pasó por la presidencia como quien hace escala en una carrera burocrática.

No vino de la política y tampoco volverá a ella. Los ocho años en los que no podrá ser elegida para cargos públicos como consecuencia de su probable destitución, ciertamente dolerán, pero en la práctica poco significan.

La única esperanza de renovación del PT está en el hecho de que Lula es un animal político desde hace 40 años.

El ex presidente está condenado a ser candidato en 2018, al menos para salvar al partido de la irrelevancia. Siempre que la Justicia no se lo impida, evidentemente.

Como un síntoma de su fragilidad, hay alternativas que comienzan a ser mencionadas: Ciro Gomes (PDT) sueña con heredar el manto del PT, pero su candidatura todavía genera dudas.

También podría formarse un frente de izquierda, reuniendo algo del PT, del partido Rede y del PSOL, con el apoyo de liderazgos sociales como el carismático Guilherme Boulos, líder del movimiento de los sin techo.

El PT, hasta por autodefensa, debe intentar acercarse otra vez a su base social que perdió a lo largo de los años; y para eso precisará reinventase.

Después de 13 años en el poder, el partido y sus aliados en el movimiento sindical se desacostumbraron a ser oposición.

Lula, acostumbrado al ritual de ser golpeado, caer y levantarse, después de un período de abatimiento, podría salir en campaña, recorriendo el país y denunciando el gobierno de Michel Temer y los retrocesos.

Pero ni su competencia política o su discurso de golpe deben ser suficientes para poder colocar el fiasco de Rousseff abajo de la alfombra.

Será curioso observar el futuro de la todavía presidenta después de la probable destitución.

Su destino probable es el exilio interno, del cual saldrá ocasionalmente para denunciar la injusticia que habría sufrido.

Para el PT, Dilma tiende a ser un fantasma incómodo de los errores cometidos y de la elección equivocada hecha un día por Lula.

Traducido por NATALIA FABENI

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