Una estación antártica de US$ 99,6 millones para pocos recursos de investigación

06/03/2017 - 13h06

Eran las 22h del día 16 de diciembre de 2016 y el día austral todavía estaba claro en el archipiélago Shetland del Sur, en la punta de la península antártica, donde se localiza la Isla Rey Jorge.

Los operarios de la Corporación China de Importaciones y Exportaciones Electrónicas desembarcaron del carguero Yong Sheng el día anterior para comenzar a construir lo equivalente a un palacio en el fin del mundo, cumpliendo así el contrato de tres años de US$ 99,6 millones que los chinos firmaron con el gobierno brasileño para levantar la nueva Estación Antártica Comandante Ferraz.

La partida presupuestaria de este año para la obra es de US$ 41 millones, es decir es 68 veces mayor que la previsto para el estudio antártico nacional: US$ 591.000.

La realización de actividades de investigación (estudios significativos tanto en calidad como en cantidad) es una condición para cualquier país figurar entre los miembros consultivos, con derecho a voto, del Tratado Antártico de 1959.

Cuando esté lista la base, algo que está previsto para marzo de 2018, dos grandes bloques de metal conectados se elevarán sobre la bella ensenada de la bahía del Almirantado.

A juzgar por los planos del interior de la nueva base, los espacios amplios e iluminados situarán a la Estación a años luz de distancia de las tradicionales bases antárticas, que no eran mucho más que cabañas de madera o de piedra, casi tan rústicas como los refugios de cazadores de ballenas y focas, los primeros que sentaron sus bases en la zona.

Traducido por AZAHARA MARTÍN

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