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Cartel convierte la frontera amazónica en puerta de entrada de drogas
13/03/2017 - 14h15
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FABIANO MAISONNAVE
ENVIADO ESPECIAL A TABATINGA (AM)
La masacre de decenas de presos perpetrada por la facción criminal Familia do Norte, en Manaus, capital del estado de Amazonas, en Año Nuevo, provocó una oleada de muertes y tensiones en cárceles del resto de Brasil.
Sin embargo, hoy, convertida en la principal entrada de cocaína de la ruta que va hacia el norte del país, la región y su presidio local permanecieron tranquilos bajo el control de esta organización.
En Tabatinga, ciudad de 62.000 habitantes que tiene triple frontera con Perú y Colombia, las autoridades admiten que la Familia do Norte comanda tanto la cárcel como el flujo de drogas que entra en Brasil, un negocio que mueve US$ 1.800 millones al año.
La fuerte presencia de la Familia do Norte en Tabatinga, desde por lo menos 2014, es el nuevo capítulo de las casi cuatro décadas de narcotráfico en la la región, periodo en el que se tornó la principal actividad económica local.
La historia comenzó a principios de los años 80, cuando la zona se tornó un importante pasillo de la coca peruana a Colombia donde era refinada y enviada posteriormente a los Estados Unidos.
A mediados de los años 2000 el mercado de la droga experimentó cambios importantes. Colombia con ayuda económica americana consiguió retomar el control de la mayor parte del territorio y reducir la violencia.
Pero en el lado peruano una nueva tecnología permitió el cultivo y el procesamiento de la coca en zonas húmedas del Amazonas, a partir de 2006. Y Brasil se convirtió en el principal destino de la droga producida la región.
A pesar del desafío logístico, ya que a la triple frontera sólo se accede en avión o barco, el narcotráfico se beneficia de la economía informal, de la intensa circulación de persona, de diversas rutas, de la ausencia del estado en el lado peruano y de los grandes fallos de fiscalización en Brasil.
Traducido por AZAHARA MARTÍN