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Publicado en 11/04/2016

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El trasvase del río San Francisco divide a un noroeste azotado por la sequía

20/03/2017 - 14h30

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FABIO VICTOR
EDUARDO KNAPP
ENVIADOS ESPECIALES AL NOROESTE

El trasvase del río San Francisco, cuya parte este fue inaugurada por el presidente Michel Temer, es objeto de una disputa política.

La monumental obra costó a los cofres públicos R$ 9.600 millones (US$ 3.100 millones) y tiene su paternidad reivindicada por el expresidente Lula, que la sacó del papel en 2007, y cuenta con el apoyo de los vecinos de la región.

Paralelamente, con la llegada de las aguas del río a los canales, se está generando otra disputa, menos visible, entre las poblaciones que habitan en el trayecto de la obra, afectado por la sequía más severa de los últimos 50 años en el noroeste.

En la parte en la que comienza a llegar agua del río, se vive la euforia y la esperanza de los vecinos. A medida que se va bajando en dirección a la cuenca del río San Francisco, el tono es de aprehensión u oposición.

En este segundo grupo está el matrimonio Silva. "El trasvase está perjudicando al río. La bomba está activa todo el tiempo sacando agua, el nivel es bajo y ya está bajando más", protesta José Ailton. "Entiendo su alegría porque vivían a base de camiones cisterna, pero tienen que considerar el sufrimiento que están causando aquí", completó Ana Paula.

Al ver el río con un caudal más bajo, ambos vaticinan un aumento del precio del agua y escasez para la agricultura de la región, el sustento del matrimonio.

Ana Paula y su marido hablan de los campesinos de Paraíba y Pernambuco. Como el albañil Sebastián Gómes, 58 años, que trabajó durante tres años en las obras del trasvase y ganaba R$ 6,64 la hora, consiguiendo, gracias a las horas extras, llegar a los R$ 2.460 al mes.

El sábado se deleitaba viendo como el agua del canal llenaba la represa de Campos en Pernambuco.

Vecino de una calle sin suministro, acostumbrado a comprar agua de los camiones cisternas 3.000 litros por R$ 45 reales, Gomes estaba doblemente feliz, por el saldo de su trabajo y por vislumbrar una vida menos seca.

"Es suave y da gusto ver el agua llegar a la presa. Es bueno, es bonito y me siento aliviado porque va a atraer la riqueza", afirmó.

Datos recopilados por el Centro de Previsión de Tiempo y Estudios Climáticos del Instituto Nacional de Estadísticas Espaciales, a pedido de Folha, muestran que la actual sequía en la región, sin interrupción desde 2012, no tiene precedente desde por lo menos 1981.

Los tres años con menor volumen acumulado de lluvias desde entonces fueron 2015, 2012 y 2016.

Según la Agencia Nacional de Aguas la reservas del noroeste están en un 13,8% de su capacidad, el índice más bajo desde 2012.

De acuerdo con el Ministerio de la Integración Nacional, 835 municipios de la región están en estado de emergencia.

Eduardo Knapp/Folhapress
Escenas del transvase del río San Francisco
Escenas del transvase del río San Francisco

Traducido por AZAHARA MARTÍN

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