Río de Janeiro: abandono, calles vacías y comercios cerrados, las caras de una ciudad en crisis

06/07/2017 - 15h13

"Un barrio abandonado que vuelve a la vida", en las palabras del ex alcalde de Río, Eduardo Paes (PMDB).

"Un sueño truncado", para José Luis Dorana, de 52 años, vecino y dueño de un galpón de reciclaje en la zona portuaria de Río, que fue reurbanizada en el impulso de las obras olímpicas.

En poco tiempo, Río pasó de ser la ciudad de la transformación a la sede del abandono. La crisis que pesa sobre el estado, el municipio y la economía de modo general ha afectado a los servicios públicos y a las condiciones de conservación de la ciudad. El escenario político empeora aún más el panorama de la crisis.

El estado de Río tiene un ex gobernador que está preso y el actual, Luiz Fernando Pezão (PMDB), está tratando de mantenerse a flote mientras impone impopulares ajustes.

En las calles, la situación se traduce en edificios de oficinas vacíos, comercios cerrados, alcantarillas tapadas y el patrimonio de la ciudad mal cuidado.

En el puerto, la situación se agravó esta semana, cuando la concesionaria responsable por las obras y por el cuidado de la región dijo que dejaría de prestar servicios por falta de pagos por parte de la alcaldía.

El patrimonio cultural también está en juego. Mientras que la Unesco decide si el Cais do Valongo, un extinto puerto y símbolo de la presencia negra en la zona portuaria, será declarado Patrimonio de la Humanidad, el material arqueológico encontrado en las obras de revitalización está amenazado.

De acuerdo con el Instituto del Patrimonio Nacional (Iphan), el acervo está sin el mantenimiento adecuado, algo que corresponde a la alcaldía de Río.

En el centro histórico, la avenida Carioca tiene casi la mitad de los comercios cerrados. Uno de los locales que está en esa condición es "Guitarra de Prata", fundado en 1887 y frecuentado por Pixinguinha y Noel Rosa.

Traducido por NATALIA FABENI

Lea el artículo original

	Ricardo Borges - 29.jun.2017/Folhapress
	Comercios cerrados, una constante en el centro histórico de Río