Un estudio muestra que Brasil podría cumplir el acuerdo del clima sin afectar al crecimiento económico

29/03/2017 - 11h44

Investigadores del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Innovación y Comunicaciones hicieron los primeros pronósticos para las próximas décadas sobre la emisión brasileña de gases responsables por el calentamiento global, reuniendo en un solo documento el papel de los diferentes sectores de la economía, de la pecuaria e de la industria.

La buena noticia es que Brasil reúne las condiciones para cumplir sus compromisos internacionales con poco o ningún impacto sobre el crecimiento económico y el empleo, según el estudio.

El país es uno de los firmantes del Acuerdo de París, el tratado más amplio intergubernamental sobre cambio climático redactado hasta ahora.

En el acuerdo, negociado en 2015, el gobierno brasileño se comprometió a reducir las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero en un 37% y 43% en 2025 y 2030, respectivamente (la reducción es en relación a lá cantidad de gases emitida en 2005).

Marcio Rojas, coordinador general de Clima del Ministerio, destaca que los datos del estudio no deben ser vistos como directrices y sí como un amplio panorama de lo que el país podría hacer por el Medio Ambiente.

Para alcanzar el cumplimiento de la meta brasileña, el modelo del Ministerio parte de puntos relativamente conservadores, sin asumir grandes cambios tecnológicos que tornen las tecnologías limpias mucho más baratas o que las emisiones de CO2 sean altamente cobradas.

En el contexto del Acuerdo de París, Brasil tiene dos ventajas, una positiva y otra accidental.

La primera tiene que ver con el hecho de que como el año base para la reducción es 2005, las emisiones anteriores estaban marcadas por la deforestación descontrolada en Amazonas, que hoy es mucho menor.

En un escenario más ambicioso evaluado por el Ministerio, garantizar que la deforestación de Amazonas esté dentro de la ley o reducir en un 40% la deforestación en biomas como el Pantanal y la catinga, serían acciones que provocarían un mayor impacto en las emisiones. Aumentar la eficiencia de la pecuaria nacional, hoy muy extensiva (con pocos animales por área), también supondría un gran impacto.

La segunda ventaja es la crisis económica severa de los últimos tres años, ya que una mayor actividad económica tiende a generar más emisiones.

Los sectores agrícolas, pecuario y forestal son los que demandan más inversiones para que las metas sean cumplidas en su totalidad: cerca de US$ 13.000 millones hasta 2030.

En la industria y en la producción de energía, el coste líquido total sería de cero gracias a las ganancias de eficiencia proporcionadas por las medidas que también reducen las emisiones del efecto invernadero.

Ya el crecimiento del PIB brasileño perdería menos del 0,1% de su aumento esperado por año.

Desde el punto de vista internacional, los esfuerzos brasileños se encajan en un escenario en el que China ha asumido un papel cada vez más protagonista.

Traducido por AZAHARA MARTÍN

Lea el artículo original