La financiación colectiva crece en Brasil

27/05/2015 - 15h26

En un aprieto. Así es como Tim Bernardes imagina que su banda "O Terno" estaría, en caso de no haber podido recaudar -a través de la financiación colectiva, o crowfunding- los US$ 11.420 (R$ 36.000) que necesitaba para terminar el disco "O Terno" (2014).

"Estaríamos pagando deudas hasta ahora", dice el vocalista del grupo. El caso de la banda de rock de São Paulo integra el crecimiento de las "alcancías online" para la cultura en Brasil.

Desde 2011 hasta la actualidad, unos 677 músicos pasaron la gorra entre sus fans a través de Catarse, la principal plataforma de crowfunding del país. Un 59% tuvo éxito.

Felipe Caruso, coordinador de comunicación de Catarse, afirma que la música es la principal categoría, en número de proyectos inscritos y en valor recaudado (hasta ahora fueron US$ 1,9 millones (R$ 6,2 millones).

El número de solicitantes aumentó 30% en los cinco primeros meses de 2015, en relación con el mismo período del año pasado.

En el caso de Kickante -otra importante plataforma de crowdfunding del país, creada en 2013-, la búsqueda por financiación de proyectos culturales fue un 63,5% mayor en los primeros meses de 2015, en comparación con la misma época de 2014.

Los fans de "O Terno" ayudaron a costear la edición y el arte del disco, además de alguna parte de las grabaciones.

Fueron donados a la banda de US$ 6 a US$ 317 (R$ 19 a R$ 1000) a través de Internet. Dependiendo del valor, el donante recibía una recompensa distinta: desde un póster autografiado hasta una serenata personal.

Como en todo proyecto de esta naturaleza, en caso de que la meta de recaudación no fuera cumplida hasta el fin de la campaña, el dinero le era devuelto al donante.

"Soy hijo de un músico independiente. Cuando mi padre hacía un disco, sabía que iba a tardar dos años en pagarlo", cuenta el vocalista de la banda. "No deber es increíble, hasta podemos invertir en el videoclip".

Traducido por NATALIA FABENI

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