La cineasta brasileña Anna Muylaert va del cuarto de empleadas hasta la alfombra roja de Hollywood

26/10/2015 - 15h35

Anna Muylaert estará de regreso en una hora. Cada dos meses, la directora de cine nacida y criada entre la élite el São Paulo paga un promedio de US$ 30 en un pasaje en clase turista para volar a Goiania.

Paga otros US$ 30 para tomar un transfer rumbo a Abadiania, a 80 km de la capital del estado. Allí, "Juan de Dios", un médium que realiza cirugías espirituales dentro de una casa azul y blanca, la tiene de regreso.

Es a este "Ivo Pitanguy" del alma (una referencia al famoso cirujano plástico de Río), buscados por políticos (Dilma Rousseff y Lula da Silva) y celebridades (Fábio Assunção y Juliana Paes), a quien Anna recurre desde que terminó de filmar "Que Horas Ela Volta?", en febrero de 2014.

"Yo estaba mal, sin un novio desde hacía cuatro años, venía con un ritmo intenso de trabajo".

Pero en vez de pisar el freno, compró otro pasaje de avión, esta vez hacia Los Ángeles, donde pasó todo el mes de octubre. Contrató a la "lobbista" de Hollywood Fredell Pogodin. "De las 109 películas que ella produjo, 40 entraron en la competencia", afirma la directora.

Anna es la primera mujer en 30 años en representar a Brasil en la preselección para competir por la nominación a mejor película extranjera en los Oscar.

Sus otros largometrajes fueron elogiados ("Durval Discos", "É Prohibido Fumar" y "Chamada a cobrar") por la crítica, pero no llegaron a tener la cantidad de público que tuvo su nueva película: 470.000 personas hasta la fecha.

El bullicio en torno a "Que Horas Ela Volta?" cobró impulso en enero, cuando Regina Case y Camila Márdila ganaron el premio a mejor actriz en el festival de Sundance, por sus papeles como Val y Jessica, madre empleada doméstica e hija que está haciendo el examen de ingreso para la universidad en Brasil.

Val cria al hijo de la señora Barbara (Karine Teles), la matriarca, que trabaja en el mundo de la moda, y el señor Carlos (Lourenço Mutarelli), un pintor frustrado que usa una camiseta de los Ramones. Desde Pernambuco, Jessica se va a vivir con su madre a la casa de sus patrones para hacer el curso de ingreso a la universidad.

Ana Luiza Machado da Silva Muylaert -ella le agregó una "n" a su nombre para que parezca más artístico-, se crió en una casa grande con piscina en el barrio Alto de Pinheiros y hoy vive en una casa grande con piscina en el barrio Alto da Lapa.

No es raro ver a las empleadas de este barrio de São Paulo usando uniformes y delantales blancos. La directora tiene una empleada a la que le paga US$ 515 por mes, que no usa uniforme ni delantal.

Después del almuerzo, la directora se relaja en una "chaise longue" al borde de la piscina y dice que Val tiene la personalidad de su niñera de la infancia.

La madre de Anna, Celina, creía que amamantar era de "de mal gusto", como muchas mujeres de esa época. "La cena era servida al estilo francés, con bandejas", recuerda.

A Anna también le gustan el budismo y la meditación. Uno de sus mantras proviene de Mick Jagger. Ella pasó un tiempo con Jagger en el set de "Running Out of Luck" (1987), del inglés Julien Temple.

Mientras trabajaba como asistente de dirección del largometraje filmado en Brasil, aprendió gracias a Jagger a no "hacer algo que uno no quiere hacer".

En el pasado, ella perdonaba a colegas que golpeaban su cola en el set y no siempre tenía el coraje de exigir el crédito en guiones que terminaron siendo firmados sólo por hombres. Hoy, cree que aprendió a imponerse "a duras penas".

"El hombre me humilla, caga en mi cabeza, y yo tengo que hablar con respeto. Si una se enoja, él dice que somos locas. Pero, a veces, es necesario el grito".

Traducido por NATALIA FABENI

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	Pablo Saborido
	La brasileña Anna Muylaert, directora de cine