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La recesión económica afecta la programación de museos y centros culturales
22/03/2016 - 15h08
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SILAS MARTÍ
DE SÃO PAULO
Lejos de las muestras con filas que daban vuelta la esquina, una imagen recurrente de los últimos años, gran parte de los museos de Brasil todavía hoy no difundieron cuáles son sus planes para este años de recesión, donde la incertidumbre es la protagonista y estrella del escenario actual.
Mientras la crisis económica corroe a las instituciones culturales por dentro, con despidos en casi todos los museos del país, el lado más visible de la crisis queda expuesto ahora, época en la que deberían comenzar las grandes exposiciones y la feria SP-Arte, programada para dentro de dos semanas.
Una exposición que está en duda, que tiene un enorme potencial de público y es una de las más esperadas de 2016, es la retrospectiva de Picasso, que tenía fecha de estreno en mayo, en el Instituto Tomie Ohtake.
La realización de la muestra está amenazada desde que el banco Bradesco, uno de sus principales patrocinadores, se retiró del negocio. Consultado, Bradesco prefirió no hacer comentarios acerca de la decisión.
Museos importantes del escenario nacional, como el Instituto Inhotim, cerca de Belo Horizonte, y la Fundación Iberê Camargo, en Porto Alegre, no pudieron ni siquiera anunciar la programación de este año, ya que no saben qué será posible hacer con menos recursos.
En los últimos dos años, Inhotim despidió a 300 de sus 1000 empleados y dejó en suspenso varios proyectos de artistas como Anish Kapoor, Ernesto Neto, Nuno Ramos y Olafur Eliasson.
Tanto Inhotim como la Fundación Iberê Camargo tienen un enemigo en común: la retracción económica de China, que hace que se derrumben las importaciones de mineral de hierro, lo que provoca la caída de los ingresos de empresas como Vale, Itaminas y Gerdau, que patrocinan a las instituciones.
En la esfera pública, los museos federales también sufren. Instituciones como el museo Lasar Segall o el museo de la República, en Río, llegaron a tener que atrasar el pago a proveedores.
Traducido por NATALIA FABENI
Marcelo Curia/Folhapress | ||
La Fundación Iberê Camargo, en Porto Alegre |