Preso desde hace un mes, el ex presidente de la CBF adelgazó cuatro kilos y escribe un diario

03/07/2015 - 15h06

Preso en Suiza desde hace más de 30 días, el ex presidente de la CBF José Maria Marin escribe un diario en su celda.

Folha escuchó este relato de quien visitó al dirigente en la cárcel en Zúrich y contó acerca de las condiciones en las que Marin se encuentra y cómo es su vida desde el momento en que lo detuvieron en el hotel de lujo Baur Au Lac, en la ciudad-sede de la FIFA.

En esa mañana del 27 de mayo, Marin fue abordado en su cuarto por agentes de la policía suiza, del FBI y un intérprete. Después de que quedó bajo arresto, cuestionó lo que estaba sucediendo, pero luego se rindió.

Dentro del cuarto, su mujer, Neusa, le dijo que se duchara y afeitara antes de ir a la cárcel. Los agentes esperaron y, mientras tanto, Neusa hizo una pequeña maleta con algunas ropas.

Un agente le dijo a la mujer del dirigente que preparara una valija más grande, para más días, sin explicarle cuánto tiempo su marido iba a permanecer detenido.

Después de salir del baño, Marin fue detenido en una cárcel pequeña de Zúrich. Allí, además del dirigente brasileño, hay sólo otras 15 personas presas, y ninguna de ellas es dirigente de fútbol.

En su relato, quien vio a Marin en la prisión dijo que está muy emotivo, llora y se pregunta por qué está pasando esto con él en este momento.

El ex presidente de la CBF adelgazó cuatro kilos y, a los 83 años, no pasó por ningún problema grave de salud. Toma medicación para la presión y el dolor de estómago. Los médicos de la cárcel suiza miden su presión de manera constante.

Ex deportista y preocupado por su cuerpo, Marin tiene permitido tomar sol por una hora y usa casi todo ese período para caminar por el jardín de la prisión.

Durante su tiempo fuera de la celda, Marin también puede comprar alimentos en un puesto y gastar 70 francos suizos (cerca de US$ 73 o R$ 230). Allí compra, entre otros productos, barras de cereal. Sus abogados le llevan el dinero.

Marin no está usando el traje que le da el gobierno suizo a los presos. Usa camisas y pantalones deportivos que le llevan sus abogados.

En las 23 horas que está en su celda, ve televisión y escribe. Tiene una carpeta con una especie de diario.

El dirigente ya mandó dos cartas: una para su mujer y otra para su abogado en Brasil. Los dos textos fueron analizados en Suiza. Marin ya recibió durante su estadía en prisión 49 cartas de familiares y amigos.

Marin no habla inglés y conversa diariamente con su vecino de celda, un holandés que habla español.

Traducido por NATALIA FABENI

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