Entrenadores extranjeros ayudan a Brasil a ganar por primera vez medallas en deportes como waterpolo y canotaje

20/07/2015 - 16h06

El futuro del contingente de entrenadores extranjeros contratados por el Comité Olímpico de Brasil (COB) para conquistar los objetivos de los Juegos Panamericanos de Toronto y de Río de Janeiro el próximo año está en jaque para después de 2016.

Todos los contratos firmados terminan hacia fines del próximo año y el comité no sabe cuáles de ellos van a permanecer en su puesto. Asimismo, en caso de que el comité opte por mantener alguno de ellos en su cargo, deberá enfrentar algunas dificultades para que los entrenadores se queden en el país.

En Toronto, por ejemplo, los 38 entrenadores oriundos de otros países contratados por el COB ayudaron a selecciones de modalidades sin tradición en Brasil, como el waterpolo, el canotaje y el bádminton, a conquistar un histórico lugar en los podios.

El número de extranjeros representa un aumento de cerca de un 60% de este "ejército gringo" en relación con la edición de Guadalajara 2011 (24). La mayoría de ellos firmó contratos por salarios altos.

Uno de ellos es el croata Ratko Rudic (67) tetracampeón olímpico contratado en 2013 que logró que el equipo de waterpolo masculino alcance la medalla de plata en Toronto y que gane un bronce inédito en la Liga Mundial de esta temporada.

Dada la importancia de su trabajo, el COB ya está en tratativas para garantizar que se quede y mantener la competitividad, algo que va más allá de la Olimpíada.

El problema es que, en muchos de los casos, la situación no va a estar en manos del COB, por los más variados motivos.

Jorge Bichara, gerente general de performance del COB, citó el caso del bielorruso Vladimir Vatkin, que comandaba la selección masculina de gimnansia y se fue el año pasado por motivos personales: su mujer no logró adaptarse a Brasil.

La situación se repite con otros casos. Desde 2013 al frente de la selección femenina de rugby, el neozelandés Chris Neill formó al equipo que obtuvo una medalla de bronce en Toronto, pero ya afirmó que no pretende continuar después de la Olimpíada de 2016.

Con cinco hijos, quiere volver a su país. "Fui contratado para el proyecto de 2016. El trabajo del entrenador es muy solitario, quiero volver a mi casa", dijo.

Marco Vasconcellos, el portugués responsable por las dos medallas de plata que Brasil ganó por primera vez en los Panamericanos en bádminton, también planea dejar Campinas, ciudad en la que está instalado desde 2014, y volver a Lisboa. "A pesar del Skype, extraño a mis hijos. Hay otros desafíos por delante", afirmó.

Traducido por NATALIA FABENI

Lea el artículo original

	Theo Marques-03.mai.2013/Folhapress
	El entrenador ucraniano Oleg Ostapenko