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De disfrutar una vida lujosa en Nueva York, el ex presidente de la CBF termina en una cárcel de "tercer mundo"
27/12/2017 - 15h10
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SILAS MARTÍ
DE NUEVA YORK
Un domingo antes del juicio que determinó que deberá pasar sus días en prisión, José Maria Marin, ex presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), que fue condenado por haber recibido sobornos y lavado de dinero en el marco del escándalo de corrupción de la FIFA, fue almorzar con su mujer, Neusa, al restaurante de un local de Armani en la Quinta Avenida.
Se sentaron en una mesa en un rincón, con vista hacia la puerta de la Trump Tower, famoso edificio de lujo en el punto más caro de Nueva York, donde Marin estaba cumpliendo arresto domiciliario.
El dirigente brasileño tenía permiso para pasear por las tardes -sólo para realizar ejercicio, rezar y hacer compras- cuatro veces por semana y con autorización previa de la policía, pero ya no salió más en las semanas anteriores al juicio.
Toda la ostentación y la riqueza también quedaron atrás. Marin ahora vive en una cárcel en el barrio de Brooklyn, un lugar de hormigón y ladrillos a la vista que ocupa tres manzanas al lado de un enorme viaducto.
El tiempo que pasó bajo arresto domiciliario en la Trump Tower no le será descontado de la pena de hasta 120 años que le podrían dar.
Marin pasó la Navidad en una prisión para delincuentes considerados peligrosos o violentos, como condenados por terrorismo, asesinato o violación, que comparten el espacio con los que cometieron delitos menos graves.
Está previsto que Marin permanezca en este lugar hasta febrero, que es cuando sus abogados estiman que será definida la pena.
Traducido por NATALIA FABENI
Stephen Yang/Reuters | ||
El ex presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) Jose Maria Marin, (C), llega a la corte de Brooklyn, en Nueva York |