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Vila Madalena durante el Mundial: un barrio bohemio repleto de turistas en busca de diversión
29/06/2014 - 02h00
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BRUNO B. SORAGGI
DE SÃO PAULO
Muchos idiomas y poca progesterona. Así es la cosa durante el Mundial en Vila Madalena.
Alcanza con caminar por la región para notar que la mayor parte de los que se aventuran por el barrio, brasileños o no, son hombres que están de fiesta.
"Vine en busca de 'gringas', pero sólo hay machos", dice el productor Alexandre Santos, 25, que vive en Vinhedo.
Según Alexandre, él y su hermano aprovecharon los partidos internacionales para ir atrás de "rubias".
"Pero es más fácil hacerse pasar por extranjero para poder hablar con las brasileñas. Ya llegué a decir que era de Tebas", dice divertido, contando que inventa orígenes, como que es de la ciudad de la Antigua Grecia.
Las estudiantes de veterinaria Daniela Marques, 19, y Juliana Hardy, 19, que el miércoles (25) vieron por primera vez un partido del Mundial en el barrio, son testigos del otro lado de la historia.
"Los hombres son muy lanzados [risas]. Creen que acá es sólo fútbol y chicas fáciles y llegan muy arrebatados", contaba la primera mientras esperaba que alguien la llevara devuelta hasta Diadema, en donde vive, después del partido entre Argentina y Nigeria.
Las dos planeaban volver a la Vila el sábado (28) para ver el partido de Brasil contra Chile.
Británico radicado en Nueva York, el consultor Alex Jakobson, 42, calcula estar gastando 320 dólares por día, contando alojamiento en un hotel en Pinheiros (zona oeste).
Él acostumbra frecuentar los bares en la intersección entre las calles Aspicuelta y Mourato Coelho. "Mujeres bellas, buena música y comida. Me recuerda al Carnaval de Notting Hill", dice, comparando la Vila con el barrio londinense.
"El domingo vimos un auto que estaba siendo destruido. Uno no puede olvidarse que algunos lugares no son seguros", dice su amigo Simon Bray, 37, que vive en São Paulo desde hace hace tres meses.
"Pensé que el Carnaval era bueno, pero el Mundial es mejor", afirmó.
Pese a que la Asociación Oficial de Hostels de São Paulo no tenga un balance oficial, la mayoría de los turistas hospedados en albergues de la región en este período son hombres extranjeros entre los 20 y los 35 años, de acuerdo con los propietarios.
Folha visitó los establecimientos Giramondo, Hostel Brasil Boutique, Sampa Hostel y Ô de Casa, y conversó con el dueño del Limetime Hostel Vila Madalena.
La respuesta fue unánime. "Esto parece un batallón", bromea Sandro Oliveira, 44, uno de los socios del Giramondo.
Sin embargo, sacando los días de partido, momentos en que afirman llegar a la máxima capacidad, el promedio de ocupación de estos hostels está entre el 60% y el 75%.
Uno de los motivos citados por los propietarios fue el boom de albergues inaugurados para la apertura del Mundial (sólo en Vila Madalena fueron por lo menos 13).
"Mucha gente con mucha ganancia y poca experiencia decidió abrir un albergue", dice Alberto Azevedo, 31, dueño del Limetime.
Deborah Cavalieri, 34, propietaria del Sampa Hostel, afirma haber comenzado a recibir reservas para el Mundial desde fines de 2013. Desde ese momento hasta ahora, calcula una reducción del 20% en el precio diario cobrado a los turistas, que hoy está entre 35 y 54 dólares.
Optimista, Alessandra Bossi, 39, socia del Hostel Brasil Boutique, cuenta que al comienzo aumentó los precios.
Pero con el tiempo vino la desaceleración en la búsqueda y por consiguiente una reducción en las tarifas de los hoteles, lo que hizo que los precios de los hostels también se redujeran.
Para la alcaldía, el barrio ya está ocupado en su "máxima capacidad". La administración planea llevar hacia otros puntos de la ciudad a los argentinos que deben llegar para el partido contra Suiza este martes (1).
Traducido por NATALIA FABENI