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Schweinsteiger, símbolo de la voluntad alemana por ganar el cuarto título del fútbol mundial
14/07/2014 - 15h43
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FABIO VICTOR
ALEX SABINO
MARCEL RIZZO
ENVIADOS ESPECIALES A RÍO
SÉRGIO RANGEL
DE RÍO
Instantes antes de que Mario Goetze marcara el gol de la victoria para Alemania, que consagró al equipo de Joaquim Loew tetracampeón, en el segundo tiempo del alargue, Schweinsteiger dejó el campo de juego sangrando, gracias a un golpe de Agüero.
Atendido al costado del campo de juego, el volante volvió entre aplausos de la hinchada. Esa parece haber sido la clave hacia el título.
Schuerrle hizo una gran jugada por la izquierda, superó a dos argentinos y cruzó. Goetze, 22, paró la pelota de pecho y, sin dejarla caer, pateó sin chance para el arquero Romero.
Cuando el italiano Nicola Rizzoli marcó el final del partido, se formó una montaña humana sobre Schweinsteiger, el jugador que los brasileños aprendieron a admirar y a agradecerle por la valentía.
La victoria alemana carga con varios significados, por ejemplo, por primera vez en la historia, un equipo europeo fue campeón en América. Además, por primera vez, el equipo alemán conquistó un Mundial con técnica y habilidad además de la habitual eficiencia alemana.
Esta vez, el campeón fue el que lo mereció. Fue el primer título alemán después de la reunificación del país, en 1990. La conquista anterior, en ese año, ocurrió antes de la oficialización, que tuvo lugar en octubre.
La canciller alemana, Angela Merkel, festejó con el equipo en el vestuario del Maracanã.
Cuando el capitán Lahm levantó la copa, poco antes de que Dilma Rousseff y Sepp Blatter fueran abucheados por muchos de los brasileños que estaban en el estadio, la fiesta ya era completa.
Después de haber saludado a la hinchada, los campeones hicieron una ronda en torno a la copa y saltaron y cantaron junto a los alemanes que estaban en las tribunas.
Los brasileños ayudaron a engrandecer el título alemán, después de haber sufrido la peor vergüenza en 100 años, la goleada por 7 a 1 en el estadio Mineirão.
Los goles de los alemanes permitieron que el Mundial igualara el record de goles marcados en Mundiales: 171, como en 1998.
"Vamos a festejar por lo menos durante cinco semanas. Cuando termine la fiesta, vamos a levantarnos siempre con una sonrisa en el rostro", afirmó el arquero Neuer, que fue elegido el mejor del Mundial.
Traducido por NATALIA FABENI