Análisis: La rebaja de la nota crediticia de Brasil pone en evidencia las fallas del gobierno

25/03/2014 - 10h54

Cuando surgieron los primeros indicios de que la calificación del riesgo del país podría ser rebajada, ya era tarde para hacer cambios en las convicciones del gobierno de Dilma Rousseff y en la orientación de la política económica.

El 6 de junio del año pasado, día de la primera amenaza de la agencia Standard & Poor's (S&P), la escalada de gastos federales y estatales ya estaba contratada hasta el fin del mandato de la presidenta.

También ya estaban sepultadas, en esa época, las esperanzas de retomar el ritmo de crecimiento de la economía, lo suficiente como para acelerar la recaudación de impuestos y equilibrar las cuentas públicas.

Restaron maniobras y trucos para, con eficacia cada vez menor, anticipar o sobreestimar ingresos y subestimar gastos, en un intento de decorar las estadísticas oficiales.

Ayer, instantes antes del rebajamiento de la nota, el área económica había divulgado un providencial aumento de 1800 millones de dólares en la ya optimista proyección de ingresos para este año -el valor casi exacto para acomodar los gastos extra con el subsidio de la cuenta de luz anunciada este mes.

La nota divulgada por S& P indicó una rebaja de "BBB" a "BBB-" en la nota crediticia de Brasil, y mostró cómo los artificios del género no engañan a nadie más allá afuera.

La agencia lista la serie de expedientes heterodoxos adoptados en los últimos años y, como todo el mercado, afirma no creer en el cumplimiento de la meta fiscal del año.

DUDAS

Más importante, hay dudas en relación a la disposición del próximo gobierno de hacer el inevitable ajuste a partir de 2015 -y además, en el trasfondo, está la incertidumbre electoral de este año.

"Hay incertidumbre en cuanto al tamaño y al alcance" del ajuste esperado, dice el texto de la agencia calificadora de riesgo.

Favorita en la elección de este año, Dilma ya mostró que cree que su política fiscal es lo suficientemente dura como para resistir un escenario de crecimiento económico frágil.

No por nada ella rechazó la única posibilidad que tenía a disposición para hacer un corte más agudo de gastos este año: reducir el dinero destinado a educación, que en el Presupuesto supera los 10.8000 millones de dólares, el mínimo obligatorio.

Los demás gastos principales son permanentes y no se pueden comprimir, ahí se encuentran los salarios, beneficios de jubilaciones y pensiones, subsidios del programa "Minha Casa, Minha Vida" y de la energía eléctrica -los dos últimos pueden ser, como mucho, retrasados, empeorando las perspectivas para el futuro.

Traducido por NATALIA FABENI

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	Daniel Marenco - 4.ago.2011/Folhapress
	Standard & Poors rebajó la nota crediticia de Brasil de BBB a BBB-