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Caen las previsiones de crecimiento; el gobierno brasileño no ve lugar para más estímulos
22/07/2014 - 11h56
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CLAUDIA ROLLI
TATIANA FREITAS
DE SÃO PAULO
VALDO CRUZ
DE BRASILIA
Con la inflación por encima de la meta establecida por el gobierno, la industria en retracción y la confianza de empresarios y consumidores en caída libre, economistas ya prevén que Brasil crecerá menos del 1% este año.
Es la segunda vez que se reducen las expectativas de crecimiento en menos de 60 días, de acuerdo con bancos y consultoras consultadas por Folha.
Las previsiones más optimistas estiman que el país va a crecer 1,4% este año. Las más pesimistas, 0,5%.
En 2013 la economía creció 2,5%, número anunciado por el gobierno también para 2014, aunque tendrá que ser revisto.
El empeoramiento en la expectativa de crecimiento se vio reflejado en el Boletín Focus, del Banco Central, difundido este lunes (21).
Por octava semana consecutiva, los analistas recortaron los pronósticos acerca de la expansión de la economía y, en promedio, esperan un 0,97%. Hace una semana, la previsión era de un crecimiento de 1,05%.
El pesimismo fue reforzado después de la divulgación de indicadores más débiles en las últimas semanas.
Por tercer mes consecutivo, la producción en la industria cayó. En el sector automotor, la caída en la producción llegó al 23% en junio, período en que las empresas fueron afectadas por los feriados en días de partidos por el Mundial.
La perspectiva para este semestre se agravó con la caída en la confianza de los empresarios: en julio alcanzó su peor nivel de los últimos 15 años.
La disputa cada vez más implacable entre los candidatos a la presidencia también refuerza el clima de incertidumbre.
La situación no es peor solamente porque los programas sociales y los reajustes salariales le pusieron un freno a la caída de los ingresos.
"NO HAY MILAGRO"
La fuerte desaceleración de la economía preocupa al gobierno de Dilma Rousseff, y la evaluación es que, en el corto plazo, no hay "milagro" que pueda realizarse para reactivar el ritmo del país en este año electoral.
De acuerdo con asesores, no tiene sentido remar contra la corriente e inventar paquetes para estimular la economía porque el empresariado y los consumidores no están dispuestos a invertir ni gastar más hasta que quede definido el próximo presidente.
El discurso interno en el Planalto es que, después de las elecciones, el país volverá a la normalidad de a poco porque no habría "motivos concretos" para el pesimismo actual acerca del futuro económico.
El país pasa, de acuerdo con el gobierno, por un momento de "expectativas negativas", que sacudieron la confianza de empresarios y consumidores. Pero eso no significa que el año está "perdido".
La expectativa del equipo presidencial es que el tercer trimestre continúe a la baja y que una recuperación sólo suceda en el último trimestre del año, cuando el escenario electoral ya estará definido.
Traducido por NATALIA FABENI