La reducción de la desigualdad en Brasil se detiene durante el gobierno de Rousseff

19/09/2014 - 13h48

La caída de la desigualdad, que estaba en curso desde mediados de la década de 1990, se estancó en los últimos tres años.

El más conocido termómetro de concentración de la riqueza, el coeficiente de Gini, registró un leve empeoramiento, de 0,496 en 2012 a 0,498 en 2013.

Desde 2011, dicen los especialistas, el indicador prácticamente no se mueve del lugar.

Es temprano para afirmar que la desigualdad volvió a aumentar en Brasil. Pero, para los especialistas, muestra un agotamiento de los mecanismos que produjeron resultados positivos en los años recientes.

Una mejoría en el mercado de trabajo, principalmente para las personas de menos escolaridad, el aumento de la formalización y la incorporación continua del acceso a la educación son factores que ayudan a explicar mejor la distribución de la riqueza en el país en las últimas décadas.

	Editoria de Arte/Folhapress

También contribuyeron programas de transferencia de ingresos, como el programa Bolsa Familia, que ayudan a elevar la renta de los más pobres.

El problema es que el mercado de trabajo se estancó. Desde 2011, el crecimiento de la economía perdió aliento y el enfriamiento, que ya había llegado a la industria, comenzó a afectar también al comercio y servicios.

El salario mínimo, que se corrige de acuerdo al crecimiento del PIB, pasó a subir menos en 2012 y 2013.

"Un PIB bajo es malo para todos, pero perjudica más a los trabajadores menos calificados, que son los más vulnerables a perder el empleo. Sin trabajo, sus ingresos caen a cero de un mes al otro", dijo Gabriel Ulyssea, del Ipea.

La renta de la parte más alta de la pirámide (el 10% más rico) subió a una velocidad mucho mayor, respecto a la de los más pobres, el año pasado.

Para la presidenta del IBGE, Wasmália Bivar, el aumento del coeficiente Gini no corresponde a una interrupción del proceso de mejora de la distribución de la riqueza, sino a una "estabilidad".

"Precisamos pensar ahora en otras políticas para que el país vuelva a avanzar. Brasil, a pesar de la gran mejora de los últimos años, todavía es un país bastante desigual".

Uno de los focos, indicó, debería ser la población de 15 a 17 años -15% de esos jóvenes no van a la escuela-. Los que trabajan con esa edad ganan poco (cerca de un salario mínimo) y, si no estudian, van a perpetuar la realidad de bajos salarios.

La mejoría en la educación es considerada la principal salida para que el país vuelva a crecer y distribuir riqueza.

Traducido por NATALIA FABENI

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