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La mala perspectiva económica de Brasil lleva a los ejecutivos a hacer planes para trabajar en el exterior
09/03/2015 - 14h47
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ÉRICA FRAGA
JOANA CUNHA
DE SÃO PAULO
La euforia se transformó en desencanto y llevó a profesionales que se mostraron entusiasmados con las perspectivas económicas de Brasil a mediados de la década pasada a buscar una puerta de salida.
El año pasado, por ejemplo, más del 80% de los ejecutivos brasileños dijeron estar dispuestos a dejar el país para trabajar en el exterior.
En 2013, era un 62,6%, según una investigación hecha por la multinacional de reclutamiento Hays en conjunto con el Insper.
Michael Page, otro gigante del sector de los recursos humanos, dijo que, de cada diez altos ejecutivos consultados actualmente, tres o cuatro mencionan el interés de trabajar en el exterior. En 2008 y 2009, esa relación no pasaba del 10%.
Muchos profesionales calificados ya transformaron esa intención en acción.
La tendencia comienza a reflejarse en datos como el aumento en las solicitudes de visas para algunos países desarrollados después de una fase de retracción que coincidió con el boom de la economía brasileña y la crisis financiera internacional.
El economista Bruno Amaral, de 30 años, volvió a Brasil en 2010 después de una temporada trabajando fuera del país.
"Brasil estaba explotando de crecimiento [suba del PIB de 7,5% en 2010]. Y yo quería formar parte de eso", contó. Dos años después de haber vuelto, dijo haber percibido que se equivocó.
El camino con turbulencias en la economía de Brasil, marcado por altos y bajos, hace que historias como la de Amaral no sean nuevas.
Empresarios relatan tener que operar con una sobra excesiva de la caja en el país, lo que los torna menos eficientes.
El embarque de estudiantes extranjeros, que podría contribuir a resolver la falta de mano de obra calificada, pierde aliento en cada crisis.
Traducido por NATALIA FABENI