El Nordeste brasileño pierde el ritmo de crecimiento "chino" y comienza a sufrir la crisis

30/03/2015 - 16h20

El fuerte aumento del rechazo contra el gobierno de Dilma Rousseff en el Nordeste sucede en el mismo momento en que la economía de la región pierde dinamismo. A lo largo de la década pasada, el Nordeste llegó a crecer a tasas chinas.

De acuerdo con Datafolha, un 55% de las personas que viven en esta región considera la gestión de Rousseff como mala o muy mala. En octubre, ese índice era del 11%.
El período coincidió con la disparada de la inflación medida regionalmente y con la primera caída en varios años del saldo neto de empleos formales en la región.

Pese a que todavía conserva en esta zona un desempeño superior al promedio nacional, la actividad del Nordeste viene retrocediendo, en consonancia con el resto del país.

En 2014, el Nordeste concentró un 30% de los despidos en la construcción civil, sector que cerró 106.000 puestos en todo el país. El retroceso del 3,4% a nivel nacional fue menor que el 4,6% en la región del Nordeste.

Recortes de fondos, de pagos de obras de infraestructura y del programa "Minha Casa Minha Vida" son algunos de los principales motivos del aumento de los despidos en la región, evalúa Ana Maria Castelo, coordinadora de Proyectos de Construcción de la FGV/Ibre.

Ante el nuevo escenario, uno de los principales grupos del sector de material de limpieza del Norte y del Nordeste, Raymundo da Fonte -dueño de la popular marca Brilux-, volvió a calcular la proyección de crecimiento para 2015: pasó de 12% a 5%.

"Hay una reacomodación del mercado y caída del consumo. Si logramos mantener el ritmo de producción y no despedir empleados, va a ser algo muy bueno", dijo el director comercial del grupo, Romero Longman.

"Las personas apretaron el freno en el consumo, están comprando cantidades menores y buscando marcas más baratas", afirma Teobaldo Costa, presidente de la Asociación de Supermercados de Bahía y dueño del grupo Atakarejo, el más grande del segmento en el estado.

De acuerdo con Datafolha, el Nordeste concentra la mayor porción de electores que votaron a Rousseff en octubre pasado y que ahora consideran que su gobierno es malo o muy malo: 24% están "frustrados", ante un promedio nacional de 16%.

"El rechazo más grande viene de la frustración con la economía, del miedo al desempleo y de la percepción de que la inflación está fuera de control. Todo eso agravado por los escándalos de corrupción", afirma Mauro Paulino, director general de Datafolha.

Traducido por NATALIA FABENI

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	Raul Spinassé/Folhapress
	El Nordeste brasileño comienza a sufrir la crisis económica