Un estudio de la FGV indica que por el Acuerdo de Asociación Transpacífico las exportaciones brasileñas podrían caer un 2,7%

06/10/2015 - 16h28

El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) entre Estados Unidos, Japón y otros diez países puede reducir las exportaciones brasileñas en hasta un 2,7%, según un estudio realizado por Vera Thorstensen y Lucas Ferraz, investigadores de la Escuela de Economía de la FGV.

El escenario considera la eliminación de las tasas de importación y al menos el 50% de las barreras no arancelarias. Según el estudio, las exportaciones brasileñas se verán afectadas ya que los productos vendidos entre los países que firmaron el acuerdo será comparativamente más baratos.

Hoy en día, las economías que conforman el TPP reciben casi un cuarto de los embarques brasileños hacia el exterior. Considerando los manufacturados, el porcentaje llega al 35% debido a las ventas al mercado americano.

Los analistas estiman que, con la entrada en vigencia del acuerdo, Estados Unidos deberá concentrar sus esfuerzos en la negociación de otro mega acuerdo con la Unión Europea: el Acuerdo Transatlántico.

Las cifras de la FGV muestran que las exportaciones brasileñas podrían sufrir una caída todavía mayor, del 5%.

"Es urgente que Brasil inicie una negociación para un tratado de libre comercio con Estados Unidos", indica Diego Bonomo, director ejecutivo de Comercio Exterior de la Confederación Nacional de la Industria (CNI).

De acuerdo con el ministro de Desarrollo, Armando Monteiro, la negociación de un tratado de libre comercio con Estados Unidos está entre los objetivos del país pero la idea no está aún "madura" y no es factible en el mediano plazo.

Según Emanuel Ornelas, profesor de la FGV e investigador de política comercial y acuerdos de comercio, cualquier apertura de mercado sería positiva para Brasil, país que tiene una economía muy aislada de las cadenas productivas globales.

Sin embargo, se muestra escéptico ya que el gobierno no ha implementado acuerdos.

Traducido por NATALIA FABENI

Lea el artículo original