Hace 50 años, Brasil realizaba su primer trasplante de corazón

25/05/2018 - 15h10

En 1968, el país siguió expectante la saga de João Boiadeiro, el primer trasplante de corazón de Brasil y de América Latina. Juan sufrió insuficiencia cardíaca y murió 28 días después de la cirugía.

Ya Sudáfrica, EEUU, Francia e Inglaterra fueron más adelantados, todavía corría el año 1967 cuando los primeros corazones encontraron nuevos dueños. La autorización para la donación pionera sólo llegaba tras la constatación de la muerte cerebral, un protocolo que se ha mantenido en los últimos 50 años.

Por las estimaciones de la ABTO (Asociación Brasileña de Trasplantes de Órganos), se necesitarían 1.600 trasplantes al año para atender a la población del país, dado su tamaño, sin embargo, sólo llegan a realizarse unos 400.

Resultado: tres cuartos de esas personas mueren o en la lista de espera o sin un diagnóstico adecuado.

	Foto: Lalo de Almeida/ Folhapress
	Un corazón donado aguarda para ser trasplantado a un paciente en el centro quirúrgico del Instituto del Corazón en São Paulo

En Brasil, 302 personas esperan un nuevo corazón en la fila oficial. De acuerdo con las estadísticas, una de cada tres morirá antes de que llegue su turno.

Mientras el corazón nuevo no llega, la solución puede ser usar un dispositivo que auxilie al órgano convaleciente. Además del globo intraaórtico -una sonda que ayuda a bombear la sangre hacia la aorta-, hay equipos de asistencia ventricular que se acoplan al corazón y bombean sangre a partir de éste. En estos casos, sólo parte del órgano recibe ayuda.

Otra posibilidad es sustituir el corazón casi totalmente por una versión artificial del órgano, que puede costar más de R$ 500 mil (US$ 140 mil).

Pero, por más modernos y funcionales que sean, esos dispositivos no son las apuestas de los médicos para el futuro. Xenotransplantes, es decir, órganos provenientes de animales y órganos totalmente creados en laboratorio son las opciones favoritas.

Traducido por AZAHARA MARTÍN

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