Empresas brasileñas temen que se haya perdido el año

16/07/2018 - 13h23

A pesar de que los malos índices divulgados tras la huelga de camioneros fueron considerados por los economistas como algo menos desastroso de lo esperado, esta percepción está lejos de coincidir con la de la llamada economía real.

Los dueños de restaurantes, mayoristas, minoristas y la industria recalculan sus previsiones para lo que queda de año teniendo en cuenta que parte de las pérdidas registradas tras la paralización es irrecuperable. El sector trabaja además con el temor de que los estragos en la confianza de empresarios y consumidores sea más duradero.

El sector servicio, que cerró el ciclo de análisis que estudia los efectos de las protestas de los camioneros en los principales sectores de la economía, cayó un 3,8% en mayo con respecto a abril, es decir, el peor desempeño de la serie histórica, iniciada en 2011.

También en mayo, la industria retrocedió a los niveles de 2003. "El sentimiento es de frustración", dice José Velloso, presidente ejecutivo de la Asociación Brasileña de la Industria de Máquinas y Equipos.

Los comerciantes del barrio paulistano del Bom Retiro, importante polo de mayoristas de moda donde minoristas de todo el país se abastecen, son cautos en cuanto a las previsiones.

Las existencias son menores, en línea con la percepción de que los próximos meses no deben llegar con fuertes ventas, según Nelson Tranquez, presidente de la Cámara de los Dirigentes Propietarios del Bom Retiro.

En el comercio minorista, la paralización de los camioneros frustró las expectativas de una posible reanudación de las ventas que, en realidad, ya estaba perdiendo fuerza desde el primer trimestre.

"En abril y mayo tuvimos la esperanza de que podríamos recuperarnos, pero se produjo la huelga de los camioneros que ralentizó la reanudación y perjudicó a todos los sectores, además de la celebración del Mundial, que nunca incentivó el comercio", explica Luís Augusto Ildefonso, presidente de Alshop (asociación de comerciantes de centros comerciales).

Para el segundo semestre, las elecciones se ven como un elemento adicional de inestabilidad. "Van a generar más incertidumbre en el consumo, por la indecisión política, sin la expectativa de algún nombre que pueda retomar la economía con las reformas necesarias", dice Ildefonso.

Traducido por AZAHARA MARTÍN

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