"São Paulo le debe mucho a los inmigrantes", dice Hermógenes Rojas, médico que integró la primera generación de bolivianos en Brasil

11/07/2014 - 15h43

Una de las primeras cosas que llaman la atención de los pacientes que llegan al consultorio del ortopedista Hermógenes Rojas, 76, es su acento.

Está hace años en Brasil, pero el boliviano no perdió las mañas de la lengua hispana, ni olvidó la trayectoria de inmigrante que lo trajo a São Paulo.

Décadas atrás, hacia mediados de 1950, tuvo lugar un intercambio cultural firmado entre Brasil y Bolivia. Una vez que Rojas terminó la secundaria, supo del acuerdo que, entre otras cosas, ofrecía becas de estudio.

De inmediato, vio la posibilidad de iniciar una nueva fase en su vida, fuera del país.

Fue así como en 1957 dejó la ciudad de Cochabamba, para integrar la primera generación de inmigrantes bolivianos en Brasil.

"Bolivia tiene buenas facultades, pero los profesionales no tienen en dónde trabajar. Ese es un obstáculo que impulsa la inmigración", explicó.

El trayecto no fue fácil, pero, al menos, no tuvo que hacerlo solo. Enfrentó el camino con más de seis amigos. "¿Cómo llegamos? De cualquier forma, en carreta, tren, a pie, durante 15 largos días de viaje", recordó.

Superando las adversidades del camino, y también las que encontró en la ciudad, se graduó en 1963. "En mi grupo había muchos japoneses, yo era el único latinoamericano", dijo con orgullo.

Dos de los amigos que llegaron con él, como muchos otros, dejaron el sueño por el camino, no concluyeron sus estudios y volvieron a Bolivia.

Una vez que se graduó como médico, Rojas trabajó en el Hospital de Clínicas y en la Santa Casa; actualmente atiende en su consultorio del barrio Bela Vista, en el centro de la ciudad.

"Brasil es cosmopolita, reúne diferentes naciones y costumbres, por eso este Mundial es especial, porque nos involucra a todos, japoneses, alemanes, argentinos, inmigrantes que apoyan a su país natal pero también a Brasil. El enfrentamiento es dentro del campo de juego, afuera hay unión", indicó.

Hablando de fútbol, Rojas no deja de recordar la fractura de vértebra de Neymar, un golpe que vio tanto como hincha de Brasil y como ortopedista.

"En el momento que vi el golpe, pensé de inmediato, va a tener una fractura de costilla o vértebra. Tuvo suerte, podría haber sido peor", diagnosticó.

A lo largo de su trayectoria, el boliviano no sólo contó con buenos momentos en su vida profesional, sino también en el amor.

En Brasil, encontró a su compañera, que de tanto estar en contacto con las costumbres andinas, se volvió fanática de Bolivia. Rojas tiene también una hija, Débora, que también trabaja en el área de salud.

Además, tiene tres nietos. "Todos ya conocen Bolivia", contó orgulloso.

"Es importante destacar la importancia de la inmigración, porque São Paulo le debe mucho a los inmigrantes, no sólo a los extranjeros sino también a los nacionales", opinó Rojas.

Traducido por NATALIA FABENI

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