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Una bala roza la cabeza de un fotógrafo de Folha en El Cairo
16/08/2013 - 12h48
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DIOGO BERCITO
ENVIADO ESPECIAL A EL CAIRO
El reportero gráfico de Folha Joel Silva, de 47 años, fue alcanzado por una bala que le rozó la cabeza este viernes en El Cairo, Egipto. Está fuera de peligro.
Silva fotografiaba las protestas alrededor de la ciudad cuando los simpatizantes y los opositores del depuesto presidente Mohammed Mursi se enfrentaron. Los islamitas quieren la restitución del presidente electo y los opositores defienden el golpe que ejecutó el Ejército el pasado 3 de julio.
Este viernes, los islamitas están participando de por lo menos 28 marchas rumbo a la plaza de Ramsés, donde los reporteros estuvieron pocos instantes antes del incidente. El miércoles (14), el Ejército realizó una violenta operación que puso fin a dos largas protestas que dejaron al menos 638 muertos y más de 4.000 heridos.
Silva, tratado por médicos en el hotel, está bien. Él narra que los disparos, que consiguió filmar, comenzaron frente a un edificio de la policía, bajo un importante viaducto de El Cairo. Silva volvía tras darse cuenta de que continuar en la plaza de Ramsés era peligroso.
Al verle herido, el Ejército egipcio, llevó a Silva en un jeep al hotel donde está hospedado. El equipo médico que examinó la herida mantiene que no corre ningún riesgo. Tiene una herida en la cabeza, ya tratada por el enfermero Ayman Mohsen.
Varias personas en la calle abordaron a los reporteros de *Folha" llamándolos espías.
"No me dice unta en el momento", cuenta Silva, que vestía un chaleco a prueba de balas y un casco cuando le hirieron."Sentí un golpe en el casco, entonces alguien me avisó de que me habían disparado".
Silva ha fotografiado para Folha otros conflictos armados, como la insurgencia contra el exdictador libio Muammar Gaddafi, en marzo de 2011. También estuvo en un campamento de las FARC, en Colombia, y participó de la cobertura de otros eventos internacionales, como los Mundiales de 1998 e 2010.
El hotel en el que los periodistas están hospedados está cercado por el Ejército. Se oyen tiros alrededor. Los empleados han alertado a los huéspedes para que mantengan cierta distancia con las ventanas para evitar el riesgo de ser alcanzados por balas perdidas.
Translated by MARÍA MARTÍN