La imagen de Brasil en el exterior se ve afectada por la falta de previsibilidad en la política

24/08/2015 - 15h44

Por un lado, los vecinos sudamericanos se muestran temerosos ante los riesgos que puedan traer los cambios políticos; por otro lado, los europeos monitorean el agravamiento de la situación económica, mientras que los emergentes están preocupados por los proyectos que tienen en conjunto con Brasil y los americanos no terminar de comprender del todo lo que está sucediendo.

El remolino en el que se encuentra inmerso Brasil atrae diferentes grados de atención aunque, por ahora, no hay grandes temores.

El nivel de preocupación varía de acuerdo con los lazos con Brasil.

Si Buenos Aires y Caracas salen en defensa de Dilma Rousseff, en Europa prevalece la observación calculada y en Estados Unidos el desconocimiento.

En común, aparece el énfasis dado por gobiernos, analistas y medios extranjeros en las investigaciones por la corrupción en el país y el diagnóstico de que ese escenario puede ser superado.

AMÉRICA DEL SUR

En Venezuela, el país más temeroso, el gobierno de Nicolás Maduro teme perder el apoyo del país más poderoso de la región en caso de que prospere el juicio político contra la presidenta Rousseff.

En la Argentina, la preocupación recae sobre el efecto que la parálisis política pueda tener sobre la economía, y cómo eso puede afectar a la producción y al empleo en el país.

Caracas propaga la idea de que Rousseff es víctima de una supuesta campaña patrocinada por Estados Unidos para reemplazar presidentes de izquierda en la región por otros conservadores.

"Hay amenazas de golpe de Estado en Brasil en los próximos meses", dijo el presidente Nicolás Maduro por televisión.

"Si se atreven a meterse con Brasil, ¿qué será del resto?", se preguntó el venezolano, que lideró un acción a través de Twitter con hashtags como #LulaDilmaSomosTodos, el pasado jueves 20.

La argentina Cristina Kirchner sigue la misma linea: hay una conspiración en América del Sur para desestabilizar gobiernos "populares y democráticos".

"Intentaron impedir por todas las formas que Rousseff fuera reelegida", dijo, en un discurso por cadena nacional el pasado jueves (20).

EUROPA

En el continente europeo, predomina el foco de atención sobre la economía. En el primer escalón de los principales gobiernos europeos, el escenario político de Brasil todavía no alcanzó un nivel elevado de preocupación.

La volatilidad del termómetro de la crisis también contribuye: para quien está lejos, Rousseff parece que está a punto de caerse una semana y en la otra ya se la ve un poco más fortalecida.

Ningún líder europeo, por ahora, hizo pronunciamientos acerca de la situación brasileña. Consultado por Folha, el gobierno británico, por ejemplo, no se manifestó al respecto.

Durante su rápida visita a Brasilia esta semana, la canciller alemana, Angela Merkel, no se refirió públicamente acerca de la inestabilidad política en el país. Su presencia, junto a 12 ministros y viceministros, fue usada por el gobierno brasileño como una demostración de la confianza alemana.

ESTADOS UNIDOS

La crisis política en Brasil no tiene impacto negativo en las relaciones con Washington ni sobre la cooperación bilateral.

Este es el discurso oficial de los dos países, que enfatizan la vuelta de página formalizada con la visita de Rousseff al país, en junio, después de la crisis causada por el escándalo de espionaje por parte de la inteligencia de Estados Unidos a la presidenta brasileña, que produjo que se cancelara la visita anterior, agendada para 2013.

No obstante, detrás de la normalización, lo que caracteriza a la visión norteamericana es el desconocimiento de lo que pasa en Brasil. Especialistas de centros de estudios y funcionarios del Departamento de Estado tienen dificultades para entender la crisis en el país y, en muchos casos, prevalece el desinterés.

Con la diplomacia americana concentrada en temas considerados cruciales para el legado del presidente Barack Obama, como el acercamiento con Cuba y el acuerdo nuclear con Irán, resta poca atención para países como Brasil.

El desconocimiento general sobre Brasil en Estados Unidos es innegable y muchas veces existe entre aquellos que deberían, por su trabajo, seguir de cerca los acontecimientos, como diplomáticos americanos y los llamados "especialistas en América Latina".

Traducido por NATALIA FABENI

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