Venezolanos llegan de a cientos a Pacaraima, en el norte de Brasil, en busca de alimentos básicos

22/07/2016 - 15h44

Hace cerca de dos meses, la ciudad de Pacaraima, en la frontera entre el estado de Roraima y Venezuela, está repleta de venezolanos que, en medio de la crisis de desabastecimiento que está sufriendo el país, viajan cientos de kilómetros en busca de comida.

En la calle, las personas se sientan arriba de pilas de arroz, azúcar, trigo y aceite. Son los fardos que se llevan con ellos a Venezuela, en viajes que pueden llegar a durar dos días.

"Vengo porque allí [en Venezuela] no hay", dice Andrea Lamboz, de 39 años, que viajó 12 horas en ómnibus hasta la ciudad. "Allí [en Venezuela], nosotros necesitamos llegar a hacer fila a la tarde para poder comprar al día siguiente. Y corremos el riesgo de encontrar las góndolas vacías".

La mayoría se traslada en ómnibus, y cruza la frontera caminando, porque no se necesita autorización para esto. Los dos países están vinculados por una ruta, que tiene algunas barreras policiales y pocos fiscales.

Los venezolanos cargan mochilas y maletas llenas de dinero. En Brasil, un bolívar equivale a menos de un centavo de real. Para comprar un fardo de arroz, es necesario desembolsar miles de bolívares, por eso el gran volumen de billetes que transportan.

Las maletas, antes abarrotadas de dinero, vuelven con comida. "Es un lujo estar aquí, porque no todos pueden hacerlo", dice la venezolana Ingrid López, de 53 años, que viajó cerca de 1000 kilómetros.

Gastó R$ 600 (US$ 180) en comida para cuatro familias. Fueron casi 200.000 bolívares, lo que equivale a seis salarios mínimos en el país. Pero son provisiones que sólo alcanzarán para un mes.

El flujo de venezolanos en Pacaraima es parecido al que había hacia Colombia, país hacia donde miles de venezolanos también viajaron en busca de alimentos básicos.

La frontera fue cerrada en agosto por orden del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, bajo la justificativa de combatir el contrabando. En las dos ocasiones en que la frontera fue reabierta -el 10 y el 16 y 17 de este mes- pasaron, respectivamente, 35.000 y más de 100.000 personas.

Dos meses atrás, de acuerdo con venezolanos que conversaron con Folha, el gobierno comenzó a autorizar la entrada de comida comprada en Brasil. Fue así que comenzó la peregrinación hacia Pacaraima.

El movimiento reactivó el comercio de la ciudad de 12.000 habitantes, aunque muchos se preocupan con el impacto que puede producir en la ciudad: hay más basura en las calles, relatos de pequeños robos y un aumento en el precio de los alimentos.

El gran miedo de los venezolanos ahora es que Maduro cierre también la frontera con Brasil.

Traducido por NATALIA FABENI

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