Reportero cuenta cómo es trabajar de voluntario en la campaña de Hillary

17/10/2016 - 19h10

En una de las oficinas de campaña de Hillary Clinton, en Nueva York, están muy agradecidos a Donald Trump: "Facilita mucho nuestro trabajo", dice Amanda, 25, voluntaria en la campaña demócrata.

Un día antes, el 'Washington Post' publicó un vídeo en el que el empresario alardeaba de besar y meter mano en sus partes más íntimas a las mujeres, sin su consentimiento, y de poder seducir a cualquier mujer por el simple hecho de ser una estrella. Para el equipo que ayuda a la ex primera dama en su batalla por llegar a la Casa Blanca, Trump es el adversario ideal.

La "impopular pero necesaria candidata", como la define Amanda, Hillary es a la que defiendo durante una tarde en una de las filiales de la campaña, situada en Manhattan, tres semanas después de haber hecho lo mismo por Trump. No me identifico como periodista y uso nombres falsos para preservar a mis colegas voluntarios.

El equipo demócrata no exige contratos (en el cuartel general de Trump, tuve que firmar uno comprometiéndome a no "humillar o menospreciar"al candidato, su familia o sus empresas).

Si la campaña republicana es criticada por la deficiente planificación, aquí todo está pensado hasta el más mínimo detalle.

La tarea del día es llamar a la base demócrata en Iowa que solicitará en su mayoría el voto por correo, porque muchos de ellos son personas mayores con problemas de movilidad.

Mi primer contato, Pearl, 99, es también mi primer 'palo' electoral: "Ya estoy demasiado vieja como para que esos niñatos (Hillary y Trump) me intenté convencer de algo".

Más receptiva se muestra Juanita, 92, que dice que está emocionada con la idea de votar a una mujer por primera vez. Le pregunto si es hispana, y la hija de alemanes me explica que sus padres la bautizaron así por un antiguo club nocturno español.

	Wenn/FramePhoto/Folhapress
	La campaña refuerza el carácter histórico de las elecciones al contar con la primera candidata mujer a la presidencia

Mi mejor llamada

Mientras charla conmigo, un latino en silla de ruedas, con quien comparto mesa junto a una señora de 70 años, señala una cartulina verde en la pared. Bajo el título "mi mejor llamada" y escritas con rotuladores de colores, el cartel recoge las mejores anécdotas del día.

Uno de ellos llamó a Sr; Good Karma, o Buen Karma. Otro recordó que Iris, de New Hampshire, le recomendó lo que hacer con el voto: "meterlo por donde el sol no se pega".

También hubo el que se comprometió a votar a Hillary "porque si no es ella, será Trump el "Oompa Loompa", dijo el elector haciendo una referencia a los ayudantes naranjas de la película "Charlie y la fábrica de chocolate".

El discurso del miedo, en el caso de que Trump se haga con el despacho oval, se utiliza abiertamente para convencer a la gente a ir a las urnas. Como el voto no es obligatorios, los candidatos temen que los votantes, desilusionados con el bajo nivel que ha alcanzado la carrera electoral, se queden en casa en lugar de participar en los comicios.

Hillary trabaja para suavizar su imagen, considerada demasiado dura por gran parte de los indecisos. La semana pasada, dio una entrevista a una chica de 11 años que fue publicada en la revista "Elle". Hablaron de cuando la política era adolescente y para disimular un corte de pelo horroroso llegó al instituto con una coleta postiza que un compañero no tardó en arrancarle accidentalmente convirtiéndola en el hazmerreír de la escuela.

Otra estrategia es reforzar el carácter histórico de las elecciones al contar con la primera candidata mujer a la presidencia.

Por todas partes hay menciones a la "señora presidente" y también a su marido el ex presidente Bill Clinton. Como un dibujo de un zapato rojo en el que se lee" solo porque usas tacones no quiere decir que no puedas firmar leyes (bills, en inglés) y administrar la Casa Blanca con Bill.
Otro de los juegos de palabras que decoran las paredes es "hill, yeah" que hace referencia a la expresión "hell, yeah" (literalmente significa "infierno sí", pero es usado como "puedes apostar")

Traducido por AZAHARA MARTIN

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