93 años, pero una cabeza de...

25/02/2014 - 16h29

Mucha gente se sorprendió con las posiciones editoriales de Folha, resumidas el miércoles pasado, día del cumpleaños del diario. Para una señora de la tercera edad (93 años), Folha es hasta moderna.

Defiende la legalización de las drogas, mientras sea "gradual" y aprobada por un plebiscito o referéndum. Además, el casamiento gay debe ser igualado al heterosexual, sin necesidad de hacer una consulta con la población.

El diario considera imprescindible el peaje urbano. Está a favor de los médicos extranjeros, pese a que considera esa medida como paliativa. En el área económica, defiende la reducción del gasto público y el aumento de la edad de jubilación.

Folha no sigue la línea de Sheherazade: está en contra del endurecimiento de las penas y en contra de la reducción aumentar la edad de imputabilidad, pero cree necesario cambiar la ley para que los menores que cometan delitos graves puedan permanecer internados por más tiempo.

En política, está a favor del voto facultativo porque la participación en una elección debe ser un derecho y no algo impuesto por el Estado. Es correcto concluir que el diario se coloca dentro del "espectro de la socialdemocracia", según el editor de "Opinión", Uirá Machado. "Pero sin confundirse con partidos. El diario es apartidario y no apoya candidatos".

"Lo que piensa Folha" (folha.com/no1414326) fue útil para el lector que no tiene paciencia para leer los editoriales y para terminar con imágenes equivocadas sobre el diario. "Creo que fue algo increíble explicitar las posiciones en campos polémicos, algunos bien espinosos. Con seguridad, ya no los miro con los mismos ojos", dijo el geógrafo Paulo Castro, de 26 años.

Por causa de algunos columnistas y de la forma en cómo el diario cubrió las manifestaciones de junio, Paulo consideraba a Folha más conservadora. "Es bueno saber que eso no es completamente verdad", indicó.

En un diario con más de un centenar de columnistas, la diversidad de opiniones es tanta que muchas veces la voz oficial, expresada en los editoriales, queda apagada. Iniciativas como la del miércoles, de sistematizar puntos de vista asumidos a lo largo de los años, ayudan al lector a entender mejor el tipo de diario que tiene en sus manos.

Sirve además como instrumento de fiscalización: sabiendo lo que Folha piensa, es más fácil exigir que el periódico se mantenga plural y sin influencia de los editoriales.

IMÁGENES QUE ENGAÑAN

Era una vez un niño sirio de cuatro años que, escapando de su país, cruzó solo el desierto. Un coterráneo suyo, desamparado, durmió entre las tumbas de su padre y de su madre, víctimas de la guerra civil.

Esas historias que estremecen el corazón circulan por Internet y son publicadas por algunos vehículos de prensa. Felizmente, las dos eran falsas.

El pequeño Marwan, con su bolsa de plástico, no fue encontrado deambulando solito rumbo a Jordania, como notició, el martes, o sitio de Folha, "Estado de S. Paulo" y "Yahoo", entre otros.

Marwan se había distanciado por algunos momentos del resto de la familia, que caminaba más adelante, cuando fue abordado por empleados de la ONU que ayudan a refugiados.

Uno de ellos subió la foto de Marwan en Twitter, pero sin decir nada de la cruzada solitaria por el desierto. Quien le puso una pizca de dramatismo a todo el asunto fue una presentadora de la CNN, que tiene 122.000 seguidores en la red social. Así fue como la imagen se diseminó.

El otro niño de la manta roja no es sirio, los montículos de tierra a su alrededor no son tumbas y tampoco estaba durmiendo.

En ese caso, hubo mala fe. La imagen fue seleccionada del Instagram de un fotógrafo saudí y le pusieron un epígrafe mentiroso. Era un ensayo artístico, en un escenario montado, sobre el "amor insustituible de los padres". El niño es sobrino del fotógrafo, no es huérfano ni vive en Siria.

El propagador del engaño es un americano que vive en Arabia Saudita y tiene 179.000 seguidores en Twitter. La imagen explotó en la Web, en enero, pero los grandes medios no cayeron en la trampa.

Los dos casos ilustran que no es bueno confiar ciegamente en lo que aparece en las redes sociales, en donde "quien cuenta el cuento a veces cambia la historia".

Traducido por NATALIA FABENI

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Reprodução/ Twitter/Andrew Harper/Reprodução/Instagram/Abdul Aziz al Otaibi

El niño Marwan, de 4 años, que habría cruzado el desierto solo para huir de Siria; la otra foto muestra al pequeño sirio durmiendo entre las tumbas de sus padres