Pagar hasta el pochoclo

25/03/2014 - 15h45

"Miren qué honestos que somos". Parecía ser ese el mensaje del texto "Difusión de película ofrece a periodistas R$200", publicado en la sección "Ilustrada", el último 13 de marzo.

El diario relataba que, en la sesión para la prensa de "Alemão", el thriller brasileño acerca de policías infiltrados en una favela, fueron distribuidos sobres con dos billetes de R$ 100 como ayuda para el taxi y comida.

El dinero le fue ofrecido a los 11 periodistas que estaban en Río para el "junket", como se conoce al evento de promoción de las películas para periodistas patrocinado por las distribuidoras. Folha rechazó el dinero, pero aceptó el hotel y el pasaje.

"¿Cuál es la diferencia conceptual entre aceptar el pasaje y el hospedaje, que cuesta mucho más, y rechazar los 200 reales? Si Folha quiere mostrar que es ética, debería cubrir todo el costo del viaje. El texto da la impresión de que hubo una tentativa de soborno lo que, convengamos, no sería hecho con tan poco dinero -espero que a los periodistas no se les pague tan mal", escribió el lector Rodrigo Duarte, de 33 años, que trabaja en relaciones públicas.

El periodista Paulo Silva Jr., de 25 años, también se quejó del texto. "¿Qué tipo de moral es esa que permite dormir en una cama que pagan para uno, volar con un pasaje pagado por otro, pero no tocar dinero?", preguntó.

De hecho, el diario aceptó la mayor parte de la ayuda ofrecida, pasó por honesto por haber devuelto el sobre con los R$ 200 y creó un clima de sospecha sobre el evento.

Lo que pasó en el estreno de "Alemão" no es diferente de lo sucede en los lanzamientos de grandes producciones: los estudios llevan periodistas de todo el mundo y los alojan en un hotel de lujo (en general, en Nueva York o Los Ángeles), exhiben la película y organizan entrevistas rápidas con el director y los actores principales. La ayuda para comida y transporte, llamada de "per diem" es, normalmente, incluida en la cuenta del hotel.

"Hospedaje y traslados son gastos específicos, conocidos y están directamente relacionados con la cobertura a la cual el medio es invitado, algo que está regulado por el 'Manual de Redacción'. El dinero en efectivo no tiene esas características y, por eso, Folha lo rechazó", dijo la Secretaría de Redacción.

Cuando un enviado especial viaja por invitación de una empresa, el diario coloca al final del texto un aviso explicitando esa situación al lector. Es una señal de transparencia, pero no es suficiente.

Folha debería abandonar los "junkets", porque le sirven más a la industria cinematográfica y fonográfica que a los lectores.

A cambio del acceso a la película y al elenco, los medios se someten a embargos (sólo publicarán las notas o las críticas en una determinada fecha) y a restricciones, como no hacer preguntas sobre la vida personal de los actores, una exigencia común en el exterior. Quien desobedece a los acuerdos va a parar a la lista negra y no es más invitado.

A pesar de las dificultades en los presupuestos, que todas las Redacciones vienen enfrentando, grandes medios, como Folha, podrían rechazar viajes patrocinados, incluso para las secciones de Turismo.

En los toures financiados por las agencias, redes de hoteles o gobiernos, los periodistas sólo ven aquello que les es mostrado, lo que resulta en textos muy parecidos, oscilando entre los insignificantes y los deslumbrantes.

No se habla del turismo real, de cómo funciona el paquete de "diez países de Europa en diez días" o de las lindas playas del Nordeste en alta temporada. Con creatividad y aprovechando la gran cantidad de periodistas freelance que viajan por el mundo, se podrían hacer buenos suplementos sin gastar mucho.

Ya que la propia Folha puso la discusión en el tapete, ¿qué tal anunciar que, a partir de ahora, el diario va a pagar todas las cuentas? Como dirían los jóvenes del Movimiento Passe Livre, "no es sólo por los R$200".

Traducido por NATALIA FABENI

Lea el artículo original