Odio y Ética

06/02/2017 - 15h46

En general, la mejor manera de lidiar con los 'haters', u odiadores, esa categoría cuya voz fue amplificada por las redes sociales, es ignorarlos, ¿pero eso vale para el periodismo también? ¿cuándo los odiadores se transforman en noticia?

Esta semana, los medios de comunicación brasileños se encontraron con un problema. Justo al día siguiente de que la ex primera dama Marisa Leticia, la mujer del ex presidente Lula, fuera internada tras sufrir un accidente cerebrovascular, hubo protestas y pitidos frente al hospital Sirio Libanés, en Sao Paulo, donde se encontraba internada.

Periodistas publicaron en redes sociales partes médicos privados que detallaban la gravedad de su estado de salud.

Nada de esto apareció en las versiones impresas de los grandes periódicos brasileños. Una cosa u otra fue publicada en las versiones digitales. ¿El hecho de ser un medio diferente de otro cambia los códigos éticos? La respuesta es un simple no.

Los periódicos no pueden ni deben ser más transigentes con sus valores en las versiones digitales.

La semana se complicó tras la publicación por el periódico 'O Globo', en su versión digital, del relato de las conversaciones de los médicos, en grupos de mensajería instantánea.

La reumatóloga Gabriela Muñoz publicó datos confidenciales sobre la salud de Marisa con ironías y bromas compartidas por los integrantes del grupo.

Las ediciones impresas de los principales periódicos omitieron el intercambio de mensajes 'O Globo' no publicó en su versión impresa su exclusiva.

La columna sobre los comentarios de los médicos fue el texto más leído de la web de Folha desde la tarde del jueves hasta el viernes.

Los periódicos se equivocaron. El comportamiento descabellado de los médicos era noticia más por revelar quiénes son los médicos que por la información que filtraban.

Folha asumió haber cometido el error de evaluación al no publicar el caso en el periódico en su versión en papel. El texto en la versión digital, sin embargo, tiene una característica que incomodó a los lectores: omitir los nombres de los médicos que hicieron los comentarios.

El periódico reprodujo información a la cual no tuvo acceso directo a la que sí tuvo 'O Globo'. Sin confirmación propia prefirió omitir los nombres de los protagonistas.

La decisión fue prudente pero vergonzosa para un periódico como Folha. El sentido común debería ser el más repartido en el mundo pero la realidad insiste en refutar tal buena intención.
El periodismo no puede desistir de él.

Falta Diversidad

Folha anunció los 15 finalistas del 5º Concurso de Ilustración del periódico. Fueron 803 inscritos. La mayoría de los candidatos era del sexo masculino y de San Paulo.

Una participante reparó que no había ninguna mujer entre los seleccionados a pesar de ellas formaban el 25% de los inscritos.

Entre los integrantes del jurado se encontraba el editor de Ilustrada, Iván Finotti, que explicó que los vencedores fueron escogidos exclusivamente por lo por los dibujos ya que los nombres de los autores constaban apenas en el revés de las obras.

El caso no es tener o tener en cuenta la paridad. Al no prestar atención en el perfil de los escogidos, el periódico desistió de montar un equipo más diversificado, ofrecer estilos e ideas más ricas.

El desafío no es fácil. ¿Los dibujantes de izquierda o derecha tienen sentido del humor limitado? Para el humorista George Wolinski, el humor es de izquierda. "Es una lucidez en la forma de ver la sociedad que la derecha no tiene porque está comprometida con el orden establecido".

Traducido por AZAHARA MARTÍN

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