La transparencia y la buena práctica periodística

27/03/2017 - 16h45

La columna publicada el 19 de marzo fue objeto de polémica entre los actores del juego político brasileño.

Escribí que la cobertura de las principales empresas de medios de comunicación sobre los pedidos de apertura de diligencias basadas en acuerdos judiciales y delaciones de los exejecutivos de la constructora Odebrecht traía versiones muy armoniosas entre sí.

De las decenas de implicados en la investigación, se filtraron a la prensa que por primera vez los mismos 16 nombres de políticos, sin dar a conocer los criterios utilizados.

Deduzco que se obtuvo la información en una reunión de periodistas y representantes de la Oficina del Procurador General, siempre y cuando la fuente quedase en el anonimato.

El Procurador General Rodrigo Janot, calificó de "mentira". Ya el ministro de la Corte Suprema, Gilmar Mendes aprovechó para acusar a la Fiscalía de "chantaje" al filtrar información confidencial. Ante tales declaraciones, Janot reaccionó acusando al juez de padecer "disentería verbal".

Repito, como lo he hecho durante la semana, la información aquí publicada, fue confirmada por más de tres fuentes independientes, como lo exige la buena práctica periodística.

La ombudsman es profesional y actúa con independencia de la redacción de Folha. Si la información llegó hasta a mí, cabía investigar, verificar y publicar. Así lo hice en nombre de la transparencia y la defensa del buen periodismo que merece el lector.

Hay crisis que son sanas para generar la necesidad de revisar los procedimientos y comportamientos. Es el caso de la Operación Lava Jato y el torbellino que provocó sin querer también tiene este potencial.

Los partidarios de la independencia, la transparencia y la exactitud de la información encuentran aquí una aliada, y los oscurantista una adversaria.

Traducido por AZAHARA MARTÍN

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