¡Ayuda, Felipão!

11/09/2013 - 09h43

Cada uno hace lo que puede.

Dilma Rousseff propuso una planilla al técnico de la selección brasileña, Luiz Felipe Scolari. Y no fue para marcar un gol histórico. Fue para que le ayudase convencer a la FIFA de que reduzca el valor de las entradas del Mundial.

Además de querer más pueblo en el torneo, a la presidenta se le ponen los pelos de punta cuando se acuerda del pasado mes de junio. Está preocupada en no dar más motivos a la calle en el estratégico año de la sucesión.

Se quejó así a Felipão y al presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, José Maria Marin: "No cabe un Mundial en Brasil sin brasileños".

La semana pasada, entre un brindis y otro en el Palacio de la Alvorada para celebrar (¡meses después!) la victoria en la Copa Confederaciones, ellos se comprometieron a echar una mano. Pero alertaron: la presidenta tendrá que entrar en el campo también.

El gasto en la construcción de estadios fue una de las banderas de las manifestaciones que derritieron la popularidad presidencial.

Es un hecho que comienza a recuperarse, pero si una ola de protestas se repite el próximo mes de junio, a cuatro meses de las elecciones, hay riesgo de que termine el mandato sin derecho a prórroga.

Rousseff, naturalmente, no quiere que nuevas protestas engullan el deseado éxito del Mundial Brasileño, ni que corroan sus puntos en las encuestas. Ella sabe que es mas fácil arrancar el voto de las gradas felices, que cambiar el voto de un hincha insatisfecho.

Quien fue testigo del encuentro entre la presidenta y el técnico, afirmó: ambos tienen en su estilo de línea dura su mayor afinidad. El resultado de ambos en junio, sin embargo, fue opuesto.

Mientras la presidenta vendía su popularidad antes de aquel mes, salió de él con casi 30 menos en las encuestas. Felipão, que coleccionaba críticas, inauguró el segundo semestre con un trofeo bajo el brazo.

¿Qué les acerca? El desafío de vencer el campeonato el año que viene

Y es justamente en el juego nacional que Rousseff busca en el técnico una ayudita para intentar ganar 2014, aunque sea en los penaltis.

Traducido por MARÍA MARTÍN

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