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Un vacío en la agenda exterior
21/02/2014 - 12h47
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PATRÍCIA CAMPOS MELLO
COLUMNISTA DE FOLHA
Con un largo suspiro de alivio fue recibida la noticia de que la presidenta Dilma Rousseff volvió sobre sus pasos y decidió no cancelar su presencia en la reunión con la Unión Europea, en Bruselas, el próximo 24 de febrero.
A pesar de ser una reunión bilateral, es inevitable que el acuerdo UE-Mercosur sea mencionado. El Mercosur no llegó a una oferta satisfactoria, aún lidiando con los obstáculos impuestos por la Argentina. Se espera que los dos bloques puedan hacer un intercambio de ofertas a mediados de marzo. Los europeos también pospusieron su presentación de ofertas en diciembre por falta de acuerdo en relación a la apertura del sector agrícola.
El acuerdo con los europeos es visto como una de las prioridades más altas del gobierno de Brasil, frente al avance de los mega acuerdos regionales: el Acuerdo TransPacífico y Ttip (UE-Estados Unidos), y el creciente aislamiento de Brasil, que tiene muy pocos acuerdos comerciales relevantes.
La no asistencia de Dilma sería una pésima noticia -el Planalto había alegado un conflicto de fechas, pero el hecho es que la actitud de la UE de accionar contra Brasil en la OMC como consecuencia del Inovar Auto y de la zona franca de Manaus irritó demasiado a la presidenta.
El desinterés de la presidenta por la política exterior puede ser medido por las cancelaciones de eventos importantes. El año pasado, en junio, Dilma canceló su ida a la cúpula del Ibas, en Nueva Delhi, pocos días antes del evento. El motivo era comprensible: la tensión en alta por las protestas. Mismo así, los colegas indios se quedaron bastante molestos.
Hasta hace poco tiempo atrás, no había una fecha para la nueva reunión. Ahora, se trabaja con el plan de hacer la cumbre del Ibas un día antes de la reunión de los BRICs, que será el 15 de julio -a pedido dos chinos, enseguida después de la final del Mundial.
La reunión del Mercosur aún no tiene fecha. El país anfitrión es Venezuela y la fecha inicial era en diciembre. Fue cancelada y anunciada para el 17 de enero. Después se pasó para el 31 de enero. Se habla ahora de comienzos de marzo, pero muchos dudan de que sea posible reunir a los presidentes en Caracas, en donde falta el papel higiénico y sobran las protestas violentas.
O sea, hay que esperar poquísimo de la agenda exterior en el corto plazo.
Traducido por NATALIA FABENI