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Rousseff y el riesgo de una renuncia de hecho
09/04/2015 - 13h48
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VERA MAGALHÃES
DE SÃO PAULO
Este domingo, nuevamente, cientos de miles de personas prometen ir a las calles en todo el país para entonar "Fuera, Dilma! Las condiciones para un impeachment no están configuradas, pero la Presidenta Dilma Rousseff renuncia cada día un poco más a sus atribuciones y prerrogativas.
Si al comienzo de su segundo mandato, Rousseff le dio plenos poderes al ministro de Hacienda Joaquim Levy para llevar a cabo un ajuste fiscal, estropeando toda la política económica de su primer mandato, ahora le transfirió a su vice, Michel Tremer, la función de negociar con el Congreso.
Lo mismo ocurre con la elección de un nuevo juez de la Corte Suprema de Justicia, un cargo que, increíblemente, está vacante desde hace seis meses. Rousseff no cuenta actualmente con autonomía o seguridad para indicar un nombre que cuente con las credenciales para un asiento en la corte más importante del país.
La elección debe seguir un criterio humillante: 1) No tener relación con el PT 2) Contar con el respaldo del Presidente del Senado, Renan Calheiros, 3) Contar con el apoyo de los demás jueces de la Corte Suprema 4) No causar un conflicto en el Tribunal Superior de Justicia, de donde puede salir el elegido en detrimento de otros seis jueces.
Es casi imposible aunar todos esos criterios, que solo pueden ser impuestos a un presidente que camina peligrosamente a una renuncia de hecho, aunque no de derecho.
El miedo más grande del PT y del Gobierno en estos días, es que Dilma abdique a la Presidencia sin que la oposición, las calles o que el PMDB necesiten desencadenar un impeachment. Es urgente rescatar la autoridad personal de la Presidenta y su respaldo en al menos algunos sectores de la sociedad, sin eso, no hay ajuste fical o negociación política que garanticen el éxito de su mandato.
Traducido por ESTEBAN NIETO