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Publicado en 11/04/2016

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Clima perfecto para el zika

15/02/2016 - 15h02

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MARCELO LEITE
COLUMNISTA DE FOLHA

Algo que se ha escuchado aquí y allá en este frenesí del brote de zika es que la causa directa es el calentamiento global. Pudo haber tenido su influencia, pero estamos lejos de poder afirmar que hay una relación relación directa entre una cosa y la otra.

La explicación detrás de esa hipótesis está en el mosquito Aedes aegypti. El agente transmisor, al fin de cuentas, requiere de al menos dos cosas para reproducirse: agua y calor.

Con el cambio de clima, ambos factores han de volverse más abundantes en varias partes del mundo. El aumento de la temperatura promedio ayudaría a ampliar las áreas de distribución del mosquito por el planeta, al mismo tiempo en que produce un aumento de las precipitaciones (más calor, más evaporación y más lluvias).

Sin embargo, no todo lo que aparenta tener sentido o ser verosímil es verdad. Hay que probarlo.

Por más que los amigos ambientalistas quieran creer en esa explicación, conveniente para dramatizar su causa, darla por un hecho en las redes sociales y demás ámbitos no es muy diferente de atribuir la epidemia a mosquitos transgénicos, pesticidas o vacunas. Seamos prudentes.

No se descarta que el Aedes aegypti haya conquistado el mundo con la ayuda del calentamiento global, pero ciertamente pesó mucho el aumento del comercio y de los viajes internacionales. Sin aviones, ni el insecto ni las personas infectadas llegarían tan rápido a todos los rincones del planeta.

El zika se expandió en lugares como Brasil porque el mosquito ya estaba aquí, muy bien instalado. Expandiendo el dengue, justamente, que infectó a 1,5 millón de personas y causó la muerte de 800 contagiados en 2015.

Es verdad que la explosión de casos de microcefalia asociada con los casos de zika abre una perspectiva bastante pavorosa, sobre todo en el plano individual. En escala social, sin embargo, a las autoridades de la salud pública les debe preocupar prioritariamente el dengue.

¿Quien, en tanto, tiene los medios y la audacia de adoptar metas más ambiciosas para universalizar medidas sanitarias básicas en Brasil? Estados Unidos tiene mosquitos Aedes y casos de dengue, ahora también de zika, pero no tiene epidemia.

En Brasil, donde hay muchas cloacas a cielo abierto y mucha gente que necesita acumular agua, además de poco aire acondicionado y pocas redes en las ventanas y puertas, es más fácil prometer lo imposible (vacuna contra el zika en un año) y culpar al calentamiento global por nuestro fracaso como sociedad civilizada.

No cuesta nada. Tan sólo más atraso.

Traducido por CARLOS TURDERA

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