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Un desalojo de "sin techo" en São Paulo termina con choques entre las familias y la policía

17/09/2014 - 13h10

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DE SÃO PAULO

El desalojo de un edificio en el centro de São Paulo, sobre la avenida São João, terminó este martes (16) con enfrentamientos entre las familias sin techo que estaban ocupando el lugar y los policías de la Tropa de Choque.

También hubo saqueos y destrucción en locales de la zona, lo que provocó la paralización de parte de esta región por más de 12 horas.

El comandante de la Policía Militar (PM) en la capital, Glauco Silva de Carvalho, afirmó haber identificado la actuación de integrantes de la táctica "black block" (que busca dañar el patrimonio como forma de protesta) en los disturbios, incluso en el incendio de un ómnibus.

El edificio, que estaba siendo ocupado desde hacía seis meses por 315 familias del Frente de Lucha por la Vivienda (FLM, por su sigla en portugués), tuvo otros dos intentos de desalojo.

Los líderes del movimiento, el propietario del edificio y la PM habían llegado a un acuerdo para desalojar el lugar. Los sin techo dijeron que iban a salir del edificio de forma pacífica, pero con la condición de que hubiera camiones suficientes para hacer la mudanza.

Cerca de las 6 de la mañana, cuando el desalojo comenzó, hubo roces entre la policía y los invasores, que alegaban que había solo 13 de los 40 camiones acordados.

La policía afirmó que la totalidad solicitada de los vehículos estaba disponible, pero que no todos estaban estacionados en el mismo lugar.

"No hubo un incumplimiento de lo que fue acordado. Las agresiones comenzaron por parte de los sin techo, que empezaron a arrojar objetos contra la policía", dijo el secretario de Seguridad, Fernando Grella.

El movimiento negó las acusaciones y afirmó que parte de sus integrantes tiró objetos por las ventanas contra los policías después de que la Tropa de Choque ingresó en el edificio y disparó bombas de gases lacrimógenos.

Cuando vio por la televisión que la policía había entrado en el edificio, el vendedor ambulante William Jonatan de Jesus, de 31 años, saltó del tercer piso con sus hijos, uno de ellos un bebé de cuatro meses.

"Puse al bebe en el portabebés y salté con los niños a un andamio de un edificio vecino que está siendo reformado", contó.

No tuvo tiempo de volver a buscar a su mujer y a su hijo mayor, a los que se llevó la policía. Sin lugar en la comisaría, los dos estaban entre los cerca de 80 sin techo que fueron detenidos en el interior del edificio y esperaban sentados en el piso de una estación de servicio.

CÓCTELES MOLOTOV

El comisario Jacques Ezenbaum dijo que fueron encontrados 12 cócteles molotov dentro del edificio y que 75 sin techo fueron registrados y liberados por la tarde.

Afirmó también que, excepto por los más chicos, todos son sospechosos de usurpación de propiedad y que otras dos personas -Adriano Santos, de 22 años, y André Andro, de 26 años-, son sospechosos de haber provocado lesiones corporales a dos policías. Uno de ellos se quebró una pierna durante los enfrentamientos.

De acuerdo con la abogada Juliana Avanci, ambos jóvenes son víctimas. "Les pegaron con porras, uno tuvo un corte en el rostro y el otro tiene una fractura en el brazo", afirmó.

Durante la mañana, el caos se esparció por el centro de la ciudad. Algunos comercios cerraron sus puertas y los manifestantes incendiaron bolsas de basura para bloquear calles.

La policía fue blanco de pedradas y bengalas y disparó balas de goma y gases lacrimógenos.

Algunos negocios fueron destruidos, dos comercios de venta de celulares resultaron saqueados; por lo menos seis personas fueron detenidas por el robo.

Cerca de 15 enmascarados incendiaron un ómnibus frente al Teatro Municipal, dijo la policía. Solamente una joven de 19 años fue detenida, bajo sospecha de haber participado del ataque.

Bruna Oliveira, que vivía en el edificio ocupado, usaba una máscara, pero fue reconocida por un policía. Según su defensa, la joven dijo haber entrado en el ómnibus para buscar un extintor.

Los choques se calmaron y cerca de las 13 los comerciantes volvieron a abrir sus locales, pero fue por poco tiempo. Cerca de las 16 fueron montadas nuevas barricadas y la policía volvió a usar bombas para dispersar a los manifestantes y curiosos.

Los comerciantes decidieron cerrar sus negocios otra vez y dejaron que los empleados se fueran a casa más temprano.

Algunos de ellos, usando barbijos para evitar respirar los gases lacrimógenos, buscaban ómnibus en vano, sin saber que los trayectos habían sido desviados debido al conflicto.

Traducido por NATALIA FABENI

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