Buscadores de piedras preciosas desafían a la policía para cazar una fortuna en un río de São Paulo

28/11/2014 - 14h03

En balsas improvisadas, cubiertas por lonas y movidas por un motor de camión, buscadores de oro y piedras preciosas desafían a la policía en su afán por encontrar diamantes en las profundidades del río Grande, en el trecho entre Colombia y Guaraci, en el noroeste del estado de São Paulo.

Diariamente, a más o menos una hora de barco de una villa de pescadores en Colombia, dos barcazas recorren el río en busca de un "gran hallazgo".

Folha descubrió diez hombres en el lugar.

Años atrás este río ya vio desfilar centenares de balsas y más de 1000 hombres.

Pero las fiscalizaciones y las dificultades para encontrar piedras preciosas hicieron caer el número de buscadores de este tipo de tesoros.

Pese a eso, la actividad persiste. Entre las leyendas contadas en las márgenes del río hay una que dice que ya fue encontrado un diamante rosa valuado en más de 450.000 dólares.

Para las autoridades, además de ilegal, la actividad se realiza en condiciones de trabajo deficientes.

En el tiempo en el que permanecen en el río -hasta dos meses- los hombres que practican la actividad viven en una situación precaria.

En caso de encontrar una piedra preciosa, se llevan un 35% del valor de la venta en el mercado ilegal. La otra parte es para el dueño de la balsa, que nadie dice de quién es.

Ninguno de los buscadores de piedras preciosas escuchados por Folha quiso identificarse.

"Es lo que sé hacer. No tengo profesión", afirmó uno de ellos que, a los 14 años, salió en busca de oro en la Sierra Pelada, en el estado de Pará, el mayor yacimiento de metales y piedras preciosas a cielo abierto del mundo.

Traducido por NATALIA FABENI

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	Edson Silva/Folhapress
	Buscadores de oro y piedras preciosas desafían a la policía para lograr encontrar diamantes en las profundidades del río Grande