En São Paulo, un joven detenido pasa de tener "autocrítica" a ser "inmaduro" en sólo 1 mes

22/07/2015 - 15h39

En la Fundación Casa ("Fundação Casa"), un centro de detención para menores en São Paulo, un mismo joven que cometió un delito es evaluado como "autocrítico" y "empático" en el momento de ser liberado y como "inmaturo" y "sin autocrítica" cuando vuelve a cometer un delito, después de haber pasado solamente un mes en la calle.

Ese adolescente, nuevamente internado, "recupera" la "autocrítica" y la "empatía" tras pasar siete meses en el centro de detención y ser puesto en libertad nuevamente.

Pero, dos meses más tarde, "las pierde", "no reconoce sus errores", vuelve a infringir la ley y regresa, por tercera vez, al centro de detención.

Eso es lo que muestran los informes psicológicos y sociales de la Fundación Casa, imprescindibles a la hora de tomar decisiones judiciales sobre adolescentes.

Folha tuvo acceso a informes de entrada y de salida de ocho jóvenes del estado de São Paulo.

De acuerdo con los empleados de la institución entrevistados con la condición de que sus nombres no fueran publicados, esos casos ejemplifican la forma en la que es realizada buena parte de los informes, independientemente del tipo de delito cometido por el menor.

En un ejemplo, un ladrón de autos -con comportamiento positivo durante la detención- tenía su nombre cambiado en el informe, lo que sugiere que el pasaje donde se informa a la Justicia acerca de que será puesto en libertad puede haber sido copiado y pegado de otro caso.

La Justicia lo liberó y el joven volvió a cometer un delito dos meses después y retornó al centro de detención.

Como prevé el Estatuto del Niño y del Adolescente (ECA), los informes tiene un papel central en el sistema socioeducativo, sirviendo, en la mayoría de los casos, como la principal o única base de los jueces.

Se trata de documentos firmados por profesionales de la Fundación Casa pertenecientes a las áreas de psicología, servicio social, pedagogía, salud y seguridad.

Al entrar al sistema, el informe es realizado por un equipo de la unidad de internación provisoria, donde el joven espera la sentencia que lo dejará dentro de la institución o no, con base en ese documento. A la salida, el informe es realizado en la unidad donde fue cumplida la internación.

Aunque se trata de equipos distintos, en tesis, deberían ser observados aspectos semejantes, para evitar disparidades.

Para Munir Cury, procurador de Justicia retirado y uno de los autores del ECA, las variaciones bruscas, en tan poco tiempo, indican que existen problemas en esos laudos.

"Esos informes que se reproducen me hacen ver que se trata de una creación de vacantes", dice.

En febrero, en un oficio, la fundación afirmó enfrentar "una crisis sin precedentes" de sobrepoblación.

En otro caso analizado, un menor reincidente por tráfico de drogas, detenido en una unidad de la región metropolitana de São Paulo, obtuvo su liberación después de volverse un blanco de violencia de los otros jóvenes internados.

Su madre dijo a Folha que la directora de la unidad le ofreció "ayuda" durante su internación, a cambio de que contara todo lo que sus colegas hacían mal.

Con fama de "soplón", el joven recibía diariamente golpes de los otros internos. La violencia llegó a tal punto que, en cinco meses, fue puesto en libertad con un informe que certificaba su "evolución".

"En vez de volver redimido, volvió rebelde", dice la madre. Los registros corroboran esa versión.

Como Folha mostró en mayo, con base en un informe del Ministerio Público, el tiempo promedio de internación en la capital es de siete meses. El máximo permitido por el ECA es de tres años.

Traducido por NATALIA FABENI

Lea el artículo original

	Fabio Braga/Folhapress
	Fundación Casa, un centro de detención para jóvenes en Vila Maria, en la zona norte de São Paulo