El grafiti político gana fuerza y se repite en calles, muros y paredes de São Paulo

04/10/2016 - 16h10

Los últimos años de la historia de Brasil están casi todos contados en las paredes de São Paulo: "Fuera Temer", "Fuera Dilma", "Fuera Cunha", "Fuera corruptos", "Que se vayan todos", "Golpistas", "Escuela de Lucha", "Aborto Libre", "Fuera PM [Policía Militar]".

Los grafitis de este tipo, con mensajes más políticos, volvieron a verse en las paredes de la ciudad con más fuerza en los últimos tiempos.

En la avenida Paulista, en las inmediaciones del edificio de la Fiesp, el "Fuera Dilma" predomina. Allí, un grupo que pedía la salida de la entonces presidenta Dilma Rousseff (PT) acampó durante meses.

Pero en el centro antiguo de la ciudad, el presidente Michel Temer (PMDB) gana la competencia: después del juicio político contra Rousseff, el "Fuera Temer" y la palabra "golpista" aparecen en cientos de paredes de la región.

Otras discusiones de los últimos años también se transformaron en hits: "Fuera Cunha" (contra el ex diputado Eduardo Cunha, del PMDB, que fue destituido), frases feministas y a favor del aborto, contra la Policía Militar y el reajustes de tarifas.

Estas nuevas marcas políticas son muy diferentes de las inscripciones tradicionales que aparecían en la ciudad, conocidas como "tag recta" -letras rectas y largas, que recuerdan a la caligrafía gótica-. El diseño generalmente lleva el nombre del grafiero o de su grupo, acompañado del número del año en que fue realizado.

"Los grafitis políticos no son realizados por grafiteros especializados", dice Pedro Filardo, que tiene un máster en urbanismo en la USP y es investigador del área.

"Son pintados para que sean leídos de forma fácil. Los otros diseños muchas veces sólo pueden descifrarlos las personas que forman parte del grupo", dice el sociólogo Sérgio Miguel Franco, que fue curador de una muestra sobre el grafiti de São Paulo (conocido como "pichação") en la Bienal de Berlín, en 2012.

Traducido por NATALIA FABENI

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	Marlene Bergamo/Folhapress
	En los últimos años, los grafitis políticos comenzaron a verse cada vez más en la ciudad de São Paulo