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Barra Grande, en el estado de Piauí, encanta por sus buenos vientos y playas de mar caliente
14/01/2016 - 15h39
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ROBERTO DE OLIVEIRA
ENVIADO ESPECIAL A PIAUÍ
En el momento en que las puertas del avión se abren, una ráfaga de aire caliente invade el interior de la nave y se produce un shock término que produce escalofríos.
Llegamos a Teresina, y nos abraza un calor que pasa los 40 grados, normal para los habitantes de la capital de Piauí, la única de la región del Nordeste que queda lejos de la brisa de la costa.
Desde allí serán cinco horas de viaje hasta las proximidades de la frontera con el estado de Ceará, donde está ubicada la playa de Barra Grande, un paraíso recién descubierto por los amantes del verano, de la naturaleza y del kitesurf.
Poco después de las 17, comienza un intenso movimiento en dirección hacia la arena: es la hora del atardecer, un espectáculo a orillas del mar, en un sencillo pueblo de pescadores.
El vaivén de las cometas de varios colores en el cielo, se refleja en el agua del mar, que tiene unas tonalidades que oscilan entre el verde-esmeralda y el azul-turquesa.
Desde agosto hasta diciembre, el viento del noreste sopla por toda la costa de la región con mucha intensidad, lo que es ideal para practicar kitesurf. Es así como el deportista "vuela" al mismo tiempo que se desliza sobre el agua con una tabla en los pies.
Durante ese período del año, la orilla de Barra Grande se llena de personas que practican kitesurf, que llegan sobre todo desde Europa (de países como Alemania, Francia e Italia) para pasar largos días dentro del agua, hasta que se pone el sol.
Esta playa, que ya recibió el sobrenombre de "meca del kitesurf", pertenece también a lo que se llama la "Ruta de las Emociones", un camino turístico que une Fortaleza (CE) con São Luís (MA), pasando por la costa oeste de Ceará, donde está ubicada la playa de Jericoacoara, sigue por el delta del Parnaíba y por los Lençóis Maranhenses, una ruta obligatoria para los amantes del ecoturismo.
Traducido por NATALIA FABENI