Cuevas de Petar, un viaje al centro de la Tierra

09/02/2017 - 15h40

La oscuridad es tal que da lo mismo tener los ojos abiertos o cerrados. El silencio es interrumpido apenas por gotas de agua que caen sobre las piedras.

Cuando el guía enciende la luz de su casco y autoriza a los visitantes a hacer lo mismo, todos respiran aliviados.

Con la linterna aparecen estalactitas, estalagmitas y otras formaciones rocosas con nombres curiosos como cortinas, travertinos y helectitas, en Petar, el Parque Estatal Turístico del Alto Ribiera, en el estado de Sao Paulo.

Con más de 250 cuevas catalogadas, allí se encuentra uno de los parques más antiguos del Estado. Creado en 1958 con más de 35.000 hectáreas, el local explotó su atractivo turístico a partir de la década de los 80, lo que cambió la vida de la ciudad de Iporanga y Apiaí (a 315 km de la capital paulista) cuya una de sus mayores fuentes de renta es hoy el turismo.

Daños ambientales (como consecuencia de las visitas sin control de personas que se llevaban trozos de estalactitas como souvenir) hicieron que el Ibama prohibiese la entrada de turistas en local, en 2008.

Después de dos meses cerrado, el Gobierno del Estado creó un plan de emergencia que permitió la apertura de 12 cuevas y obligó la presencia de guías durante los tours que cuestan R$ 140 (US$ 76) por grupo y R$ 13 (US$ 4), la entrada individual.

	Junior Petar/Divulgação
	Cueva Tememina, en Apiaí (SP)

La idea era que en dos años hubiera un plan definitivo para la explotación del área, sin embargo, el Petar está funcionando con programa provisional hasta el día de hoy.

Traducido por AZAHARA MARTÍN

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