Escuelas se convierten en bases militares durante operaciones del Ejército en Río bajo la intervención federal

Los militares utilizaron las escuelas para protegerse, diseñar estrategias, aparcar sus vehículos, dormir y usar el baño

Júlia Barbon
São Paulo

El candado estaba roto cuando el equipo de docentes de la escuela municipal Brandão Monteiro llegó al centro aquella mañana de agosto. En lugar de los casi 300 alumnos de enseñanza básica quienes ocupaban el lugar eran hombres del Ejército.

Era una tensa semana más en las favelas de la zona norte de Río de Janeiro, en los complejos del Alemán, Penha y de la Maré, donde 4.200 militares y 70 policías civiles llevaban a cabo una gran operación comandada por la intervención federal que investiga las denuncias de actividades criminales.

Durante tres de los cinco días que las fuerzas de seguridad permanecieron en la zona, que se vio obligada a suspender las clases, los militares utilizaron la unidad de la favela Vila Cruzeiro, para protegerse, diseñar estrategias, aparcar sus vehículos, dormir y usar el baño, el problema es que no avisaron a la dirección del centro ni al Ayuntamiento.

Arena Carioca Dicró, en el complejo de la Penha (zona norte), espacio cultural usado por militares como base durante sus operaciones en Río - Folhapress

"Al principio, nos dijeron que saldrían cuando terminara la operación", cuenta el activista Arthur Lucena, que siguió de cerca el transcurso de los acontecimientos. "No obstante, decidieron retirarse el mismo día que el equipo regresó a la escuela con una representante de la Secretaría Municipal de Educación".

Las Fuerzas Armadas actúan en las calles del Estado desde julio de 2017, cuando el presidente Michel Temer (MDB) decretó una misión de Garantía de la Ley y del Orden (GLO), que cede el poder de la policía a los militares. La medida tiene vigencia hasta el final de este año pero puede ser prorrogada.

En la práctica, esto significa que la policía, los bomberos y el sistema penitenciario están bajo el mando del Gobierno Federal y del interventor Walter Souza Braga Netto, general del Ejército. 

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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