Víctima del accidente de avión que colisionó en la sierra de Mato Grosso bebió orina para sobrevivir

Piloto y colega esperaron cuatro días al rescate, con fracturas y sin agua

Cuiabá

El piloto Marcelo Balestrin, de 40 años, embarcó en Pimenta Bueno (RO) rumbo a Cuiabá (MT), el 30 de noviembre. Balestrin era el pasajero en un monomotor que pilotaba su amigo Cleiton Venera, de 27 años. A las 8h15, el avión colisionó con la Sierra del Mangaval, en la región de Cáceres (a 220 km de Cuiabá). Sólo fueron rescatados poco más de cuatro días después del accidente.

A continuación, el testimonio de Marcelo a Folha:

Despegamos alrededor de las 5h15 de aquel viernes. John iba a llevar el monomotor a la inspección. Yo iba como pasajero.

Era la primera vez que hacíamos ese recorrido. Hacía mal tiempo, había muchas nubes y no veíamos el suelo. John redujo la altura, para salir de esa nebulosidad. Cuando bajamos, la sierra comenzó a crecer delante de nosotros. Él gritó que íbamos a chocar. Intenté ayudarle a inclinar la aeronave, pero no sirvió de nada. El avión cayó de barriga, deteniéndose a más de 100 metros del lugar de la caída.

Con el impacto, me desmayé completamente. Me desperté horas después, con el pie derecho atrapado en el fuselaje y el izquierdo, roto. John se encontraba bajo el ala del avión.

Yo estaba débil y había perdido mucha sangre. Me rompí la mandíbula y tenía una fractura expuesta en el brazo derecho.

Llovió todo el día y el sábado también. Tuve el pie preso más de 24 horas.  Encontré una rama de un árbol y la use de palanca hasta conseguir salir. Después, fui de rodillas hacia John.

Teníamos un poco de agua y conseguimos más de la lluvia. John tenía maní. No comí, porque tenía la mandíbula herida. El domingo, el agua se acabó. Colocamos nuestra orina en la botella y bebimos. Sabía que era necesario para sobrevivir.

El lunes (3), el tiempo mejoró. Creíamos que nos iban a encontrar, pero nada sucedió. Al día siguiente, escuchamos el helicóptero de la FAB [Fuerza Aérea Brasileña].

El piloto Marcelo Balestrin, de 40 años, sobrevivió a la caída de un avión monomotor en noviembre y fue rescatado poco más de cuatro días después - Emanoele Daiane/ Divulgação

Cuando nos vieron, sentí una emoción muy grande. Fuimos colocados en camillas y llevados a Cuiabá.

Pasé por cinco cirugías. John tuvo que quedarse en el hospital hasta el mes siguiente.

En menos de seis meses, pretendo volver a volar. Este accidente no me desmotivó.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

Lea el artículo original